Como anuncié, a partir de hoy esta cuenta se vuelve más participativa, aún si cabe.
Comencemos con nuestro primer reto para quien quiera participar...
RETO DE HOY
Participación: Escribe en comentarios lo que te inspire esta imagen, al igual que lo he hecho yo.
Máx. 100 palabras. Yo lo subiré al cuerpo de entrada junto a tu nombre y URL de blog.
Aquí no hay ganador, porque la creatividad no es competencia; aquí el objetivo es inspirarse y crear juntos.
Recuerda: Si te mueve la creatividad y quieres participar en futuros retos, inscríbete por correo a las nuevas publicaciones de este blog: Dama de agua.
¡Anímate y deja tu microrrelato, poesía, haiku... !
Manuela Fernández -Dama de agua-
Los trenes siempre han sido mi pasión. A los seis años mi padre me regaló uno. Yo soñaba con ser su maquinista.
Hoy nadie entiende que, siendo presidente de la compañía, conduzca mi viejo tren, aún operativo; ni que quiera desarmarlo para guardarlo en el desván de mis juguetes.
Los trenes siempre han sido mi pasión. A los seis años mi padre me regaló uno. Yo soñaba con ser su maquinista.
Hoy nadie entiende que, siendo presidente de la compañía, conduzca mi viejo tren, aún operativo; ni que quiera desarmarlo para guardarlo en el desván de mis juguetes.
Cayetano Gea -La Tinaja de Diógenes-
Como en las viejas películas en blanco y negro, llegaba el tren, bufando y resoplando, envuelto en vapor, haciendo chirriar las ruedas metálicas sobre los rieles. El viajero subió, colocó su maleta en el altillo y tomó asiento. No le importó que el suyo quedara situado de espaldas a la marcha del tren. Al contrario, le resultaba grato ver los objetos alejarse, mientras se iban empequeñeciendo y finalmente desapareciendo. ¡Si fuera tan fácil poner distancia a sus propios problemas, minimizarlos y eliminarlos en cuestión de segundos!
Etienne -Ciudad visible-
La temperatura de la caldera de la locomotora era infernal. El metal rígido cedía al poder del calor, de a poco la línea recta comenzó a curvarse en un lento movimiento sin pausa. Las ruedas veloces apenas tocaban los rieles en su apuro por llevar el vehículo a su destino y los ejes crujían cada vez que rebotaban en las juntas de metal.
De repente, todo estalló. La caldera expulsó remaches, fuego, troncos encendidos y esquirlas hacia infinitas direcciones. Lo que era velocidad ahora era despojos inservibles, lo que era brillo ahora lucía ceniciento.
Ángela -Pinceladas al viento-
Fin del trayecto. Última parada se dijo el tren. Lleno de paisajes, de cálidos amaneceres, de noches estrelladas, de sueños susurrados, de risas infantiles, de amores sin retorno…¿qué puedo hacer con tanta vida?.
Algo se me ocurrirá, que los trenes tenemos muuuucho recorrido.
Beauséant -el artista del alambre-
nunca me ha importado ir en sentido contrario... en el tren, y en la vida ;)
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Hola, no soy muy de retos pero intentaré algo porque el ejemplo que pones es cortito, no doy para mucho. Entiendo que el reto es hasta el 25 ? Un abrazo
ResponderEliminarChelo
EliminarNo hay fecha, hasta que suba otro post, una semana o así, pero tú súbelo a comentarios cuando quieras que yo lo pongo en el cuerpo del post. Lo de 25 me refería al año. ¡Anímate! Tú tienes imaginación.
ABrazos.
Iré leyendo los aportes de los demás blogueros, (el tuyo genial) acabo de retomar el blog y la mal llamada rutina y el tiempo no me da mucho margen. Un abrazo
ResponderEliminarEster
EliminarCuando tú quieras por aquí estamos :))
ABrazos.
Me encantan los trenes incluso tengo una pequeña colección con la que pase muy buenos ratos en tiempos.
ResponderEliminarEstamos en fiestas, pero si me da el tiempo, quizás suba algo el fin de semana.
Salud.
Erik
EliminarUna colección de trenes... Qué bonito.
Pues por aquí estamos :))
SAlud.
Por lo que comentas a Chelo sí se puede poner en comentarios. Pues ahí va mi colaboración.
ResponderEliminarCayetano Gea . La Tinaja de Diógenes.
https://latinajadediogenes.blogspot.com/
Como en las viejas películas en blanco y negro, llegaba el tren, bufando y resoplando, envuelto en vapor, haciendo chirriar las ruedas metálicas sobre los rieles. El viajero subió, colocó su maleta en el altillo y tomó asiento. No le importó que el suyo quedara situado de espaldas a la marcha del tren. Al contrario, le resultaba grato ver los objetos alejarse, mientras se iban empequeñeciendo y finalmente desapareciendo. ¡Si fuera tan fácil poner distancia a sus propios problemas, minimizarlos y eliminarlos en cuestión de segundos!
Cayetano
EliminarMuchas gracias por tu participación.
Cierto, si fuese tan fácil dejar los problemas atrás...
Me parece un reto interesante, pero el tiempo manda.
ResponderEliminarTracy
EliminarEl tiempo, ese ingrato que tanto se hace rogar... :))
SAludos
Hola Manuela, paso a saludarte y me encuentro con tu propuesta. Me atrae la idea, aún estoy reorganizando y ando reguleras de tiempo, pero intentaré participar, de vez en cuando, lo intentaré.
ResponderEliminarUn besote.
Mari Carmen
EliminarNo hay problema, van a ser muchos los retos y demás aquí este año. BEsissss...
nunca me ha importado ir en sentido contrario... en el tren, y en la vida ;)
ResponderEliminarBeauséant
EliminarIr en sentido contrario es gallardía :))
Gracias por participar.
Fin del trayecto. Última parada se dijo el tren. Lleno de paisajes, de cálidos amaneceres, de noches estrelladas, de sueños susurrados, de risas infantiles, de amores sin retorno…¿qué puedo hacer con tanta vida?.
ResponderEliminarAlgo se me ocurrirá, que los trenes tenemos muuuucho recorrido.
Ángela
EliminarMe gusta el juego de palabras :)) Gracias por participar.
La temperatura de la caldera de la locomotora era infernal. El metal rígido cedía al poder del calor, de a poco la línea recta comenzó a curvarse en un lento movimiento sin pausa. Las ruedas veloces apenas tocaban los rieles en su apuro por llevar el vehículo a su destino y los ejes crujían cada vez que rebotaban en las juntas de metal.
ResponderEliminarDe repente, todo estalló. La caldera expulsó remaches, fuego, troncos encendidos y esquirlas hacia infinitas direcciones. Lo que era velocidad ahora era despojos inservibles, lo que era brillo ahora lucía ceniciento.
Etienne
EliminarLa fragilidad de la vida. Gracias por participar.