Hoy os escribo para pediros disculpas si no atiendo como es
pertinente el blog, ni visito con asiduidad los vuestros, ni atiendo las redes
sociales, si me demoro en las reseñas... La cuestión es que estoy en medio de la maquetación de mi próximo
libro de relatos y esto hace que mi tiempo libre esté dispuesto de otra manera
que la habitual.
Sí, estoy por lanzar un nuevo libro, un nuevo reto, con todo
lo que esto conlleva: dedicación, esfuerzo, templanza… Hablando de templanza,
hay algo que en todas las maquetaciones de mis libros anteriores ha estado
presente y hoy no iba a ser menos, algo que ya es habitual, tradición. Sí, algo
que ya por asiduo lo esperaba. Se trata de que algo fallara, de algún
estropicio ¿cuál ha sido esta vez?
Recuerdo que en el primer libro fue el ordenador al
completo, según iba a subir el manuscrito a Amazon, mi ordenador dejó de
funcionar, ea, ¡Viva la Madre Superiora! Claro, siempre hay un ordenador suplente, pero este otro no tenía los
archivos ni los programas del original. No recuerdo cómo me las apañé, sí
recuerdo la frustración y el sufrimiento. Saqué el libro adelante.
En el segundo no fue una cosa sola, fueron multitud. Cada
día salía un escollo, el tiempo se dilataba por semanas, incluso llegó a
dilatarse por meses, mi manuscrito comenzó a resultarme un agujero negro que
engullía todas las soluciones, pero como fuese, al fin, el libro salió al mercado.
Hoy el problema tiene nombre y apellido, se llama: office.
Sip, no me funciona el office y nadie sabe arreglarlo. He acudido a un
ordenador suplente pero mis problemas me quieren, me aman y no me abandonan, así
que el problema se ha trasladado al otro
pc por arte de magia. Office con licencia, que yo todo lo hago a lo grande,
como si me sobrara.
Ahora digo yo: ¿por
qué tanto inconveniente, de dónde me viene tanta dificultad? A veces pienso que mi vida
es eso, una resiliencia constante, una batalla, una lucha contra el Universo... Bueno, exagero, pero es que aún no he podido solventar la cuestión del office.
Pues bien, que a nadie le quepa la menor duda, a nadie
humano, interestelar o del inframundo, que nadie tenga duda de que yo este libro lo saco al mercado, salvo que mis
días acaben antes, que no es probable porque dispongo de mucha salud, ánimo y además me abstengo de hacer deportes de riesgo.
Eso sí, pido perdón por no atenderos como merecéis, pido
disculpas por no visitaros en vuestros blogs, vuestras redes y que vuestras reseñas vayan pasito a paso.
No hay guerra que cien años dure y todo volverá a su cauce.