Esta entrada está especialmente dedicada a nuestro compañero
en blog Esteban - Cayado de sándalo - porque él dio pie.
Hay frases que pasan por nuestras vidas sin dejar huella.
Otras, se hacen imborrables. No importa cuánto tiempo pase ni dónde las hayamos
leído o escuchado, siempre las recordamos, están ahí y viven por sí mismas, más
allá del lugar donde las hemos encontrado.
Quienes
escribimos sabemos que no se puede forzar una frase memorable; pero cuando llega,
la reconocemos al instante.
Quienes
leemos identificamos esas frases especiales porque no solo cuentan algo, sino
que acompañan, sacuden, conmueven, nos atraviesan, nos siguen, nos nombran, nos
reflejan…
Son frases que los escritores buscan sin buscarlas y los
lectores las encuentran cuando menos lo esperan. Para todos, esas frases son un
lugar al que siempre podemos volver.
Yo,
personalmente, me considero coleccionista de frases. Las voy encontrando en
libros, películas, en la calle… y las guardo en cuadernos.
Tengo
frases de todos colores y tamaños. Amarillas como soles que me iluminan el día,
rojas como luces de alerta, verdes que inspiran esperanza… Algunas son cortas
como un suspiro, otras largas como ríos que corren.
Pero volvamos a los libros. Si tienes alguna frase que te
haya marcado, que te haya gustado de manera especial y quieres compartirla, dime la frase, el título del libro y nombre de autor, la añadiré al cuerpo de esta
entrada.
Manuela
Fernández -Dama de agua-
“…todos podemos dar algo. Una jirafa no tiene nada más
que ofrecer, solo lágrimas.” -Alexander McCall Smith, Las lágrimas
de la jirafa.
Ester -Autodidacta-
“El tiempo, el dinero, el esfuerzo y espacio invertidos en construir para los muertos hubieran podido mejorar bastante la vida de los vivos. Aunque, si se piensa bien, ¿qué más da? Esos vivos no eran más que proyectos de cadáveres.” -Rosa Montero, La ridícula idea de no volver a verte.
Beauséant -El artista del alambre-
"Durante semanas me abrumó la pena, que se había posado sobre mí como un gran pájaro que empollara a sus crías. Y luego, un buen día, sencillamente, emprendió el vuelo. Así aprende uno los límites del amor" -John Banville, Los límites del dolor.
Chema - Mi mundo de papel -
(…) por poco que la vida nos haya dejado vivir unos cuantos años, y a veces incluso cuando han sido muy pocos, muchos menos de los justos y deseables, todos dejamos una obra completa. Todos hemos sido locamente amados por alguien. Y hemos querido a alguien hasta las últimas consecuencias. Hemos visto el mar enfurecido y gris al principio del otoño. Nos hemos metido en el mar de golpe, de cabeza, o paso a paso, sintiéndolo avanzar centímetro a centímetro sobre nuestro cuerpo. Todos hemos mirado a alguien de lejos y pensado repentinamente: «¡Cómo quiero a esa persona!». Y nos hemos sonrojado y hemos comprado flores." -Milena Busquets, Ensayo general.
Etienne -Ciudad visible-
"Cené en un lugar cerca de Thousand Oaks. Malo pero rápido. Aliméntalos y échalos. Mucha gente. No podemos permitirle que se quede sentado con una segunda taza de café, caballero. Está usando un espacio caro. ¿Ve esa gente al otro lado de la cuerda? Quieren comer. O al menos piensas que deben hacerlo. Sólo Dios sabe por qué quieren comer aquí. Podrían hacerlo mejor en su casa, sacando la comida de una lata. Pero no pueden encerrarse en sus casas. Igual que usted. Tienen que subirse al auto e ir a alguna parte. Mejor para los ladrones que se han apropiado de los restaurantes por aquí. Empezamos de nuevo. No estás humano esta noche, Marlowe.
Malibú. Más estrellas de cine. Más bañeras rosa y azul. Más camas mullidas. Más Chanel Nº5. Más Lincolns Continental y Cadillac. Más cabellos al viento y anteojos negros y gestos y voces seudorrefinados y moralidades móviles. No, espera un minuto. Hay mucha gente buena trabajando en el cine. Tu actitud es incorrecta, Marlowe. No estás humano esta noche." -La hermana menor, Raymond Chandler.
©Manuela_ferca
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