Con los años te van pesando las ausencias. Aun convencida de
que están aquí, que no se van, aun conviviendo con las huellas que han dejado, aun con la serenidad que da la
consciencia de lo vivido en felicidad…, la verdad es que pesa.
Les llevamos siempre con nosotros en una mochila, pequeña y
cerrada, para no perder nada, a nuestra espalda, pegada al cuerpo, formando un
todo con nosotros mismos.
El día que nos llamen de recogida, esta mochila se abrirá
como la chistera de un mago y saldrán uno a uno todos ellos y caminaremos juntos,
de la mano, al mismo paso, bueno, a mi Thor volveré a llevarle en brazos.
Texto y fotografía de ©Manuela Fernández Cacao. Todos los
Derechos Reservados.
Totalmente de acuerdo, Manuela. Así lo pienso y así deseo que sea para todos!!
ResponderEliminarBesicos muchos.
Si eso fuera así...
ResponderEliminarCon el tiempo en verdad se van afilando los deseos, y los recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo
Ojalá algún día pudiéramos recuperar y materializar esas ausencias. De momento solo podemos satisfacer nuestra nostalgia llevando a cuestas esa mochila de recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las ausencias de los nuestros se hacen duras , pero es ley de vida que todos tendremos que pasar por ellas. Un micro buenísimo. Un abrazo.
ResponderEliminarQué preciosidad Manuela. Me encanta. Por cierto, anoche leí del tirón "Alta tensión". ¡Enhorabuena! Besos :D
ResponderEliminarEs muy bonita la idea de la mochila. Un beso
ResponderEliminarEmotiva entrada. Empatizo. Tengo una especial dedicación al recuerdo de los que por la causa o la intensidad que fuese, se convirtieron en compañeros de camino y siempre he querido llenar un trocito de su ausencia con algo que me los recuerde. Desde los padres a simples compañeros temporales, alguna novia que ya cruzó el espejo oscuro, amigos de intensidad mas fuerte o cualquier otra forma de relación. A veces una simple foto, otras un recuerdo de un viaje, objetos personales... siempre he tenido ansia de tener algo de ellos.
ResponderEliminarCreo que llega un momento en la vida en el que las ausencias casi se convierten en presencias flotando en los recuerdos. La memoria es el notario de lo vivido.,
Me gusta la foto.
ResponderEliminarLas ausencias de los que importaron son recuerdos que duelen poco o no duelen y se van con nosotros donde sea que nos vayamos cuando todo acaba. Otras ausencias se agradecen sin ser celebradas, que está feo, pero propician el camino más ancho y menos angosto.
ResponderEliminarMientras tanto... ¡Paciencia!
ResponderEliminarNo hay prisas (tampoco)
Bonita entrada llena de emociones de un alma enamorada
ResponderEliminarNo hay presencia tan nítida como cualquier ausencia...
ResponderEliminarMe encantó, Manuela. Abrazos.
La foto y el texto tienen un algo especial, todo confluye en esos recuerdos de lo perdido.
ResponderEliminarQué lindo tema, Manuela, da para mucho. Un abrazo
ResponderEliminarEsa mochila pesa lo suyo, seguro que no son solo las ausencias.
ResponderEliminarThor, seguro que corre y salta.
Muy nostálgico este texto. Espero que las ausencias se te hagan llevaderas.
Un abrazo.
Entiendo lo que señalas, lo que echas en falta, lo que te gustaría llevar en brazos... Lo que guardar en esa mochila. Lo entiendo. Y respetados quedan esos deseos. No en vano son tuyos. Los compartes. Bienvenidos!
ResponderEliminarReconozco no estar en esa tesitura. Años tengo, sin duda. Añoranzas, hoy, ninguna.
Cada amanecer que llega a mi vida, lo hace limpio de cargas o recuerdos del ayer. Solo tengo delante el instante actual, y la seguridad de que llegará el siguiente... Tal vez. Más allá de esto, nada hay.
Si exceptuamos la realidad real!
Abrazos Manuela. Siempre un placer compartir tus reflexiones.
Ausencias que nos ayudan a seguir caminando.
ResponderEliminarPrecioso texto, Manuela.
Saludos.
Precioso lo que escribes, creo que es así... Abrazos
ResponderEliminarUna entrada que me hace pensar en tantas cosas Manuela.
ResponderEliminarBesos.
Hermoso y sentido escrito.
ResponderEliminarUn final esperanzador para aquellos que levamos la añoranza a flor de piel.
Un abrazo Manuela.
Totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarTantas ausencias... a mí me parece imposible y sin embargo ya no están...
ResponderEliminarsi eso no fuera asi
ResponderEliminarUnas palabras que encierran un gran sentimiento de pesar por todos aquellos que ya no están a nuestro lado.
ResponderEliminarEl final que nos ofreces es esperanzador .
Un abrazo Manuela
Puri
Qué precioso, Manuela. Me has emocionado. Los recuerdos, las vivencias, los que ya no están, siempre los conservaremos dentro de nosotros, en esa mochila que de tanto en tanto necesitamos mirar y revivir. Ese amor perdura para siempre, forma parte de lo que somos.
ResponderEliminarUn abrazo.