Tuve una premonición: Vi un cadáver en mi ascensor y conocía
al finado ¡Era mi vecino!
A la vuelta de mi consulta, ya en casa, entré al portal y tomé
el ascensor. Había bastante gente, somos muchos vecinos. A punto de cerrar las
puertas subió un último ocupante. Era él.
—¡No suba!
—Déjeme.
—¡No suba o morirá!
Forcejeábamos, los demás salieron.
—Lo he visto, usted morirá hoy en este ascensor.
Desde fuera la gente asistía asombrada. Las puertas se cerraron.
—Está loco. Es usted un farsante.
—¿Qué dice? Siempre acierto con mis premoniciones, soy el
mejor vidente que existe.
—Ya, le he visto por la tele, sé de sus mentiras.
—Nunca he mentido, usted no saldrá vivo de aquí.
—No diga tonterías.
Íbamos a la planta 23, llegábamos a la 10.
—Hoy su fama quedará en entredicho, los vecinos han sido
testigos de su agresividad, lo han oído todo, y yo no pienso morirme. Este es
el principio de su fin.
—Cállese…
Planta 17 y seguia vivo.
Pulsé el interruptor de parada.
Cuanto más apretaba su cuello con mis manos, él más abría sus
ojos.
—Yo no quería, pero usted debe morir…
Hasta que dejó de respirar.
Ya en la planta 23 las puertas se abrieron. La gente se
agolpaba delante del otro ascensor.
Me asomé. Un cadáver yacía en el suelo. Un infarto, decían.
«¿Quién es?», pregunté mientras le giraba la cabeza temiéndome lo
peor.
—Es el hermano gemelo de tu vecino, venía a visitarlo.
Texto y fotografía de ©Manuela Fernández Cacao. Todos los Derechos Reservados.
Vaya con los ascensores y los muertos de esta convocatoria, le has dado vuelo y vida, y un final estupendo. Un abrazo
ResponderEliminarEster
EliminarSí, esta vez el tema es de escalofríos :)) :))
SAludos.
Buena aportación la tuya.
ResponderEliminarAbrazos.
Alfred
EliminarGRaciasssssss...
ABrazos.
Qué angustia!
ResponderEliminarTracy
EliminarSí,el tema es de angustia. Ahora, cada vez que cojo un ascensor, cuando se abren las puertas me acuerdo y...
SAludos.
Que curioso. Acertó con su premonición y a su vez se equivocó.
ResponderEliminarMató a quien a quien creyó que iba a morir, para que premonición no fuera un error, temiendo ser desprestigiado. Sin saber que esa muerte había sucedido.
Bien contado.
Un abrazo.
Demiurgo
EliminarExacto y es que las circunstancias nunca deben ser forzadas, hay que dejar que la vida fluya.
ABrazossss...
Total que el vidente podría haberse ahorrado fabricar el muerto, si hubiera tenido un poco más de confianza en sus facultades.
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo.
Macondo
EliminarBuena aportación: confianza. Justo lo que le faltaba al vidente, creer en él mismo.
SAludos.
Uppss, parece que al vidente le salió mal la jugada en todo los aspectos.
ResponderEliminarMuy buen final.
Saludos.
Pedro
EliminarPues sí, al final resultó ser un asesino ¿quizás todos lo somos llevados a un punto? Ufff...
SAludos.
Qué bueno. Muy cruel el adivino, eso sí :-)
ResponderEliminarUn abrazo
Albada
EliminarCruel, egocéntrico, asesino... Eso sï, y vidente, que no hay que quitarle el mérito :)) :)) :))
ABrazos.
Estoy contento de no tener ningún hermano gemelo. Parece que es casi un seguro de vida.
ResponderEliminarNoxeus
EliminarJeje, todo tiene su ventaja y su inconveniente, ser gemelo también :))
BEsis.
¡Vaya con el vidente! Así cualquiera acierta, jeje. Muy buen micro, Manuela.
ResponderEliminarMaria,
EliminarSe ve que este vidente estaba totalmente decidido a acertar :))
SAludos.
Se equivocó de predicción por muy poco, pero lo suficiente como para que su error acabara fatal. Y es que hay quien quiere teer la razón sí o sí. Así que en lugar de un cadáver hubieron dos por el mismo precio, je,je.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un abrazo.
Josep
EliminarCierto, por otro lado los gemelos fueron gemelos para todo, incluso para morir.
ABrazos.
Alaaaa, ¡me encanta! Me vuelven loca tus finales, me encanta. Besos :D
ResponderEliminarMargarita
EliminarGracias, sí, los finales imprevistos me encantan a mí también.
BEsisssss...
Vaya giro de la historia. Un beso
ResponderEliminarSusana
EliminarEfectivamente, mis historias, por lo general, hay que leerlas hasta el mismísimo final.
BEsissss...
Que se le va a hacer, cualquiera puede tener un mal día.
ResponderEliminarBesos
Erik
EliminarY me temo que fue el peor día para los tres implicados.
BEsissss...
Por las técnicas empleadas, habrá que creerse todo lo que diga ese vidente, si o si.
ResponderEliminar¡Extraordinario texto Manuela! Jamás me hubiera imaginado ese final, me gusto muchísimo.
Un abrazo.
Miguel
EliminarMe alegro mucho que te haya gustado :)) :))
ABrazossss...
Manuela, eso es una premonición y además se cumplió por partida doble, ahora que el adivino tiene lo suyo, vaya ejemplar.
ResponderEliminarBuen aporte al reto de este mes.
Un beso.
Angel
EliminarEl adivino tiene lo suyo y lo de los demás :)) :))
BEsis.
Leo en vilo mientras sube el ascensor, un final inesperado, me ha encantado leerte Manuela.
ResponderEliminarAbrazos.
Conchi
EliminarMe alegra mucho que te haya gustado :))
ABrazossss
Muy bueno el giro final.
ResponderEliminarEso de que cuestionen nuestra credibilidad nos toca la fibra, a ver cómo se soluciona luego esa tara en el expediente....
Matilde
EliminarJeje, si claro, es entendible, la imagen es la imagen :)) :))
SAludos.
Desde hoy haré como esas personas que utilizan las escaleras si no llevas peso. Por un hábito de vida saludable.
ResponderEliminarCabrónidas
EliminarSí, sí, solo por aquello de la salud (literal)
SAludos.
Un relato que tiene emoción, suspenso y acción. Muy bueno, saludos.
ResponderEliminarAna
EliminarQué bien que guste, de verdad.
SAludos.
¡Arsa! Un relato que no le falta de ná, con final de traca.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Besos.
Franconetti
EliminarMe haces reír, gracias.
BEsisssss
Un final,como siempre, sorprendente e inesperado.
ResponderEliminarLirtea
EliminarMe gusta que te guste :))
BEsis.
Impresionante! Me ha encantado! Final sorprendente, increíble, no me lo esperaba. Felicidades, saludos!
ResponderEliminarMayte
EliminarMuchas graciassssss...
SAludos.
Como vidente se ve que era bastante bueno, pero tenía poca confianza en sus propias visiones y decidió hacerlas realidad como fuera. Ahora tiene dos cadáveres por el precio de uno.
ResponderEliminarUn beso.
Rosa
EliminarPues sí, lo que antes era un triunfo más para su profesión, ahora es la cárcel.
BEsis.
Muy original, Manuela... bueeh! Como siempre!
ResponderEliminarEduardo
EliminarUn gusto verte por aquí, a ver si te animas a hacerte un blog literario y podemos disfrutar de tus letras.
SAludos.
Muy original enhorabuena Manuela. Un saludo.
ResponderEliminarAinhoa
EliminarGRaciasssss...
BEsis.
Un cierre que hace de este cuento un Potosí. Mi aplauso. Carlos
ResponderEliminarCarlos Augusto
EliminarGracias, me alegro mucho que te guste :))
Inquietante lo de coger un ascensor...
ResponderEliminarYa lo que un gemelo puede hacer por ti...
Y ya lo de tu fértil imaginación... :)))))
Abrazos Manuela.
Ernesto
EliminarTampoco se quedan atrás los comentarios, que como el tuyo redondea la entrada. Gracias :))
ABrazossss...
¡Hola, Manuela! ¡Qué bueno! Me ha encantado cómo has tejido una trama con tantos giros sorprendentes, sobre todo el último. Mientras subimos con los personajes logras ese suspense con el contar de las plantas, haciendo que el lector se coma las uñas por la resolución, pero cuando ya parece que el pescado está vendido, ¡zas! una nueva vuelta de tuerca que logra una sonrisa en el lector y esa sensación de haber disfrutado de una historia entretenida, de esas que se pueden contar de viva voz dado que están ideadas y trabajadas desde buen principio. Fantástico. Un abrazo!!
ResponderEliminarDavid
ResponderEliminarGraciasss... El análisis que haces de mi relato es todo un halago. GRaciasssss...
ABrazos.
Maravilloso, y me quedo la duda si la profecia se cumplio o no.... de todos modos un gemelo es un gemelo, quizas la vision inicial era sobre el gemelo muerto.
ResponderEliminarMenudo equívoco! Y eso que era adivino! jajaja. Muy bueno! Es muy cierto que el mercado crea su propia demanda.
ResponderEliminarUn abrazo
Mirna
EliminarSí, un adivino sin mucha confianza en sí mismo :))
ABrazossss...
Julio David
ResponderEliminarMe has hecho reír.
ABrazos.
Según mi jefe lo importante son los resultados, no el camino que te he llevado a ellos, así que le doy un diez como vidente y otro diez como sicario :)
ResponderEliminarUn buen giro final, me ha gustado.
Beauséant
EliminarDe verdad que me tengo que reír con vuestros comentarios.
BEsissss...
Hola, Manuela, si ya subir en un ascensor suele estar lleno de la incomodidades de tu acompañante, si además hay un demente a bordo, ufff, menudo panorama, je, je.
ResponderEliminarMuy bueno, ameno y divertido.
Un abrazo!
Pepe
EliminarYo tengo la costumbre de subir solo en los ascensores en los que no tengo más remedio, depués de haber escrito este relato más.
:))
ABrazosss...
Hablando de profecías autocumplidas...
ResponderEliminarBuen relato.
Saludos,
J.
José
EliminarGracias :))
SAludossss...
Hola Manuela, es cinematográfico tu microrelato, es tan visual... El vidente tenía que salirse con la suya como fuera. Saluditos.
ResponderEliminarEmerencia
EliminarAhora que lo dices es cierto, podría ser un corto :)) No estaría mal :))
SAludosss...
Bueno, Manuela. Pues el vidente no era tan mal vidente, al fin y al cabo.
ResponderEliminarUn relato muy bien trabajado, desde luego. Curioso y sorpresivo como pocos. Felicidades.
Bruno
EliminarNo, no era mal vidente jeje. Gracias y SAludosss...
Hola Manuela , muy bueno si señor la verdad es que si eran como dos gotas de agua , el pitoniso no se equivocó.
ResponderEliminarMe a gustado mucho tu micro ,besos de flor.
Flor
EliminarMe alegra verte por aquí y que te guste mi relato.
BEsissssss, muchos, muchos BEsisssss...
Me recuerda a El crimen de Lord Arthur Saville, de Oscar Wilde, en el que el protagonista tiene que matar para ver cumplida una profecía. El giro final es muy bueno, finalmente el asesinato era innecesario pues la visión se cumpliría de todos modos. Un saludo, Manuela.
ResponderEliminarJorge
EliminarMe alegra mucho que te traiga a la mente una historia de Wilde, es más, no deja de ser un halago.
SAludossss...
Vaya sorpresita eh!!!
ResponderEliminarToro
EliminarVamos, sorpresa de esas que se quieren bien lejos :))
ABrazo.
El único propósito de la premonición es la prevención del mal.
ResponderEliminarBien hecho.
Guillermo
EliminarPrevención imposible porque si se pudiera prevenir no ocurriría y en ese caso, ¿cómo se va a poder ver en un tiempo anterior como circunstancia que se diese en un futuro?
SAludossss...
Hola, Manuela. Lo qué hacen algunos por mantener el prestigio. Pues era verdad que era un clarividente, pero no contaba con que el edificio tenía dos ascensores y el muerto un gemelo. Buen giro final. Un abrazo.
ResponderEliminarIsan
EliminarEs que no se puede controlar todo, siempre hay algo que se le escapa a uno :))
ABrazossss...
Al final el vidente acertaba con sus pronósticos salvo que ahora hay dos muertos iguales.
ResponderEliminarMe gustó como desarrolaste toda la trama.
Un abrazo Manuela
Puri
Dulcinea
EliminarMe alegro mucho que te haya gustado :)) :))
ABrazos.
No te gusta el caldo, pues toma dos tazas. Dos por el precio de uno, en este caso cadáveres hermanados.
ResponderEliminarUn abrazo.
Francisco
EliminarSí, eso suele pasar :))
ABrazos.
Insólito Mantiene hasta el fin el interés. Felicitaciones y saludos
ResponderEliminarRosa
EliminarMe alegro mucho que te haya gustado :))
SAludos.
¡Simplemente genial!. En su desesperación terminó matando al que no era. Y sí, sus visiones no se equivocaban, sólo que hubieron dos muertos.
ResponderEliminarGenial micro, un saludo.
Cynthia,
EliminarGracias por venir, me encanta que te haya gustado mi relato.
SAludos.
¡Un giro final excelente!
ResponderEliminarY que perverso el vidente. Para no perder su fama de infalible fue capaz de 'crear' su propia premonición... ¡Qué tremendo! Una historia con más de un giro en tan pocas palabras ha sido genial.
Un saludo.
MJ
EliminarExacto, su fama debía ir por encima de la vida de una persona. Increíble pero me quedo corta, como ya sabemos la realidad supera la ficción.
SAludos.
Lo que hace alguien para salvar su prestigio. Realmente das un buen giro al desenlace del micro. Saludos cordiales desde Puerto La Cruz Anzoátegui Venezuela de Raquel Peña de Perlas narrativas.
ResponderEliminarDesconocido/a
EliminarSaludos desde Madrid y gracias por pasar :)) :))
¡Hola, Manuela! El final me ha dejado absolutamente asombrado. Parecía que la cosa iba hacia un lado y, de repente... un microrrelato muy ingenioso. ¡Me ha gustado mucho! Un saludo desde la Buhardilla de Tristán.
ResponderEliminarJavier
EliminarMe alegra que te haya gustado.
SAludosss...
¡Wow Manuela! Literalmente ese vidente es capaz de matar para acertar sus videncias, es para temerle. Un abrazo 🐾
ResponderEliminarRosa
EliminarPues sí, de hecho todos los videntes son un poquito de temer :)) :))
ABrazo.
Hola, Manuela. Para ser vidente tan reconocido perdió un poco los nervios y la confianza en sus premoniciones, pero para no quedarse sin el prestigio y la fama hay que hacer esos pequeños sacrificios.
ResponderEliminarSaludos