El
blog Tintero de oro organiza su concurso de relatos en su 41 edición.
Esta
vez está dedicado a Isabel Allende y en concreto a su obra La casa de los
espíritus.
Primero
poner en valor el trabajo que realizan desde este blog en apoyo a los
escritores de relatos. Es un lujo encontrar un espacio donde compartir
historias y conectar con más escritores de este género.
Segundo, decir que para ilustrar el relato que aporto al reto, tengo el privilegio de contar con Enriferca, cuyas composiciones ornamentan mis libros, tanto en su interior como sus portadas, otorgándoles un valor añadido a todos ellos. Quien utilice Instagram podrán encontrarlo como: @enriferca
Mi aporte al reto…
El umbral de lo invisible
De
forma inesperada, me encontré camino a casa de una amiga. Pasaba por una calle
adyacente a la suya y sin intención alguna, giré hacia la derecha. Mis pasos me
llevaron directamente a su portal. Sentí que debía subir a visitarla.
A
los tres minutos timbraba a su puerta.
Una
chica desconocida para mí, abría. Yo me di a conocer.
—Hola
¿está Chus? Soy una amiga suya.
—Si,
estamos reunidas.
—Vaya,
he llegado en mal momento, volveré. Dile a Chus que…
—Pasa,
pasa, estamos en el comedor —me decía Chus desde el interior de la casa.
Recorrí
el pasillo y entré a la sala.
Mi
amiga estaba acompañada por otras dos chicas, todas sentadas alrededor de una
mesa redonda. En el centro había una ouija, la reconocí de inmediato, aunque
jamás había participado en una reunión de este tipo, el escepticismo siempre me
ha caracterizado considerando que todo lo relacionado con lo paranormal tiende
a engañar a gente incauta.
No
obstante, me senté yo también en una silla que acerqué a la reunión, podría
resultar una experiencia jocosa para mí.
Coloqué
mi mano sobre las suyas, encima de un vaso.
El
tiempo pasaba y no ocurría nada.
Yo
sonreía de manera sarcástica y no dejaba de soltar frases como: «Oh, oh, aquí
nadie habla… Tal vez el espíritu sea mudo…», a pesar de la desaprobación que
mostraban las chicas ante mis burlas.
Mientras
tanto, ellas hacían preguntas al aire:
—¿Ha
venido mi marido?, ¿está aquí?
—¿Por
qué me abandonó mi madre?
—¿Se
siente mi padre orgulloso de mí?
—¿Puedes
darnos algún signo tangible de que estás presente y decirnos quién eres?
Hasta
que una de ellas interrumpió la sesión dirigiéndose a mí:
—Debes
irte, no nos responden por ti.
—¿Quién?
¿Quién os va a responder?
—Sí,
vete, por favor —dijo Chus.
—Chus,
esto es inaudito ¿cómo puedes participar en esta chaladura?
Por
no meter la pata no dije más y me fui con una sonrisa en la cara.
Según
bajaba las escaleras comencé a sentir una cierta inquietud. Miré hacia atrás y
no había nadie. Continué bajando. Mi incomodidad aumentaba. Notaba una
presencia a mi espalda, cerca, muy cerca.
Un
leve soplo me llegó al cuello. Me detuve en seco.
No
había nadie. Seguí bajando.
Apenas
pisaba el rellano del portal, vi que las puertas se abrían de golpe. Lo vi, no
cabía duda, se habían abierto solas. De nuevo me detuve. No quería respirar muy
hondo, no sé por qué, no quería pestañear, estaba inmóvil.
Una
sombra se proyectó en la pared, una sombra gigantesca, dos veces yo.
—La
incredulidad solo puede revertirse de una manera —escuché y la sombra se
desvaneció.
Comencé
a repetir en voz alta: «Todo tiene una explicación, todo tiene una explicación,
todo tiene una explicación…» Trataba de convencerme a mí misma de que no había
nada anormal en todo lo sucedido, pero era imposible, imposible no considerar
quién había pronunciado las palabras en el portal, aquella sombra… Salí sin
mirar atrás, deseando olvidar todo lo sucedido.
Desorientada
por la conmoción crucé la calle sin mirar la calzada, no vi aquel coche que
corría como un desesperado.
De
repente me veo de nuevo junto a mi amiga, con las otras chicas, ahora las veo
desde arriba, no lo entiendo. Hacen preguntas y yo respondo, y respondo
cuestiones que no sé cómo las sé, y aquí arriba hay gente que no las conozco,
pero a la vez sé quienes son… Y me oigo decir en voz alta:
—Sí,
aquí está conmigo.
—Nunca
te abandonó, siempre te acompaña.
—Sí,
muy orgulloso.
Y
con un solo pensamiento, he dejado caer la silla en la que, hace unos
instantes, yo misma me sentaba.
©Manuela
Fernández Cacao
Felicidades manuela, un texto preciso y muy bonito. Leí el libro hace años y me lo has recordado. Un abrazo
ResponderEliminarEster
EliminarMe alegro que te haya gustado :))
ABrazos.
Muy buen relato, el final es genial.
ResponderEliminarHay juegos que es mejor no tentar a la suerte, sobre todo aquellos que la mente forma parte de la sugestión del individuo que las realizas. Un abrazo.
Campirela_
EliminarPues sí, hay juegos y lo que no son juegos que es mejor pasar mirando hacia otro lado :))
ABrazos
Muy bueno el giro final, me ha atrapado... Al final todo tenía una explicación, ¿verdad?
ResponderEliminarBeauséant
EliminarTodo, todo tiene explicación, otra cosa es que la sepamos.
SAludos
Me ha gustado mucho Manuela!
ResponderEliminarMixmediArte
EliminarMe alegro muchísimo :))
BEsis.
Qué inquietante. Ser escéptica es una actitud que me es propia. No sé si jugar con la ouija es sano, pero respeto que se haga. Si el precio es morir a la salida del edificio, mejor creer un poco más :-)
ResponderEliminarMuy bien llevado. Un abrazo.
Albada
EliminarHay cosas que aunque no se crean en ellas, hay que respetarlas ;))
ABrazos
Hola Manuela, ¡qué final! Aplastante...
ResponderEliminarMuchas gracias por incorporarte de nuevo a los retos del Tintero y participar en esta propuesta.
Un abrazo. :)
Merche
EliminarMuchas gracias a ti y a Tintero de Oro por tan gran labor a los relatistas.
ABrazos
Me han entrado "alferecías" al leerte. Debo reconocer que soy poco aficionado a esta clase de, digamos, "trances".
ResponderEliminarLo que no le resta un ápice a la belleza formal de tu relato.
Besos.
Juán
EliminarYo puedo asegurarte y te aseguro, que a mí no me vas a encontrar en ninguna de estas reuniones, ni como esta, ni parecidas :)) :)) :))
BEsis.
Inquietante experiencia la del espiritu protagonista! Y es que ya se dice..."Ver para creer"! Un abrazote!
ResponderEliminarMarifelita
EliminarEfectivamente, las experiencias en estos temas son como a las tarjetas bancarias: intransferibles :))
ABrazos.
Hola Manuela...
ResponderEliminarOtro relato paranormal, que me ha atrapado en su lectura. Muy bien llevado para el lector con ese puntito de intriga.
Abrazos!!
Rosana
EliminarMe alegro que te haya gustado :))
ABrazos.
Muy bueno...! Toda una lección aprendida y practicada. Y además respondiendo a las preguntas de las chicas. El toque final de la silla es de aplauso.
ResponderEliminarUn abrazo (Maite)
Maite
EliminarJejej, si es que no hay pregunta sin respuesta, solo hay que tener paciencia y te responden :)) :))
ABrazos.
Escalofriante final. Pero, yo no sé si ayudaría a esas chicas que me echaron un momento antes. Muy bueno.
ResponderEliminarM.Cristina
EliminarLo mismo no ha tenido alternativa...
BEsis.
Hola, Manuela. Estupendo tu relato. El giro final es muy bueno.
ResponderEliminarMarta
EliminarMe alegro mucho que te haya gustado :))
SAludos.
La "incansable" Manuela en sus interminables proyectos. Sean estos propios o ajenos. :))))))
ResponderEliminarEn este caso destaca un juego de palabras a tres bandas.
- Manuela firma con su nombre y _ferca.
- Manuela Fer-nández Ca-cao. (Fer Ca)
- Y sugiere que en Instagram podrás encontrar @enri-ferca.
¿Hay quién dé más?
Abrazos Manuela.
Ernesto
EliminarPues sí Enriferca es mi hermano que no está por estos lares, pero sí por Instagram. Esa cuestión estaba fácil, te lo pongo más difícil: También está mi hermana, ella sí tiene blog, pero su nick no lleva Ferca... Esto ya es más difícil de averiguar :))
ABrazos
Uy uy uy... Se atreve a poner retos. A una mente como la mía. Sencilla, simple, que no "simplona"... jajjajaajjajaja...
EliminarCuando resulta que no he salido todavía del personaje ese que preside su blog, sí, ese de espaldas mirando al mar.
Que ya aclaró que no sabe quién es. Que pasaba por allí y clicó la cámara del móvil... Qué si es relevante saberlo?... ¡Pues no! No me quita el sueño. Pero pregunto...
¿Sabe él que ésta ahí?
Un placer siempre Manuela.
Abrazos.
Ernesto
EliminarUn día dediqué un post a alguien que conocí, un artista. Por supuesto no dije nada personal. Me escribió una nieta por privado preguntándome que de qué lo conocía. De momento, a día de hoy, nadie con respecto al chico de la foto ha dado señales de vida.
ABrazos :)) :))
Hola Manuela, muy buen relato, realmente me ha gustado mucho tu forma de relatarlo y la trama del mismo, felicitaciones.
ResponderEliminarPATRICIA F.
Artesan@s
EliminarMuchas gracias, me alegra mucho lo que me dices.
SAludos.
Me ha gustado mucho tu relato. El tema de la ouija siempre me ha intrigado, aun siendo un incrédulo, pues de adolescente participé en alguna sesión que me dejó un tanto perplejo. Tu protagonista, a diferencia de mí, pagó cara su incredulidad, je, je.
ResponderEliminarUn abrazo.
Josep
EliminarYo nunca he asistido a ninguna sesión y no asisitiría ni que me pagaran dinero :))
ABrazos
Ouija.... si yo creo tambien soy ultresceptico.... solo que si me toca a mi.... no dire nada, finjire que estoy tambien en sintonia con las demas personas....
ResponderEliminarJose
EliminarA veces sale más rentable dar la razón :))
SAludos
Excelente el aporte literario tuyo de hoy, muy querida Manuela.
ResponderEliminarTe envío mi abrazo!!!!!!
Ricardo
EliminarGracias, es un lujo verte por aquí.
ABrazos
Magistral giro argumental.
ResponderEliminarNo se producía la conexión con el más allá, nadie respondía, porque la protagonista tenía que morir para convertirse en el espíritu invocado. Lo inquietante no es la protagonista sino su pase de estar viva a ser una mujer fantasmal.
Y es irónicc que haya sido una escéptica.
Aplausos por esto. Un abrazo.
Demiurgo
EliminarEsa era la idea, me alegra que te haya gustado.
Muchas gracias por tu lectura y comentario :))
ABrazos
Hola Manuela un relato fantasmagórico en un suspiro. Gracias por compartir y cuidado a los que no creen. Un abrazo.
ResponderEliminarAinhoa
EliminarEncantada de veros por estos lares :))
ABrazos.
Muy bueno👏👏👏
ResponderEliminarNo cuesta nada respetar lo que piensen los demás.
Ahora tiene más amigos y conocidos.
Abrazooo y suerte
Gabiliante
EliminarPues sí, mira, ya lo dijo aquél: "No hay mal que por bien no venga" :))
ABrazos
Siempre hay formas de engañar, ser engañado y dejarse engañar.
ResponderEliminarSaludos,
J.
José
EliminarYa te digo, hay gente que come de engañar a los demás, ya ves si le dedicarán tiempo y esfuerzo a la empresa :))
SAludos
Pasó de ser escéptica a ser protagonista con los del mas allá y ver las cosas desde la otra dimensión.
ResponderEliminarBien contado Manuela
Un abrazo
Puri
Dulcinea
EliminarEl escepticismo no trae nada bueno, siempre hay que dejar la posibilidad de estar equivocado. Ya ves mi protagonista... :)) :))
ABrazos
Muy bueno, Manuela.
ResponderEliminarMe ha encantado la originalidad de tu relato.
De la Flor
EliminarAgradezco tu comentario :))
BEsissss
Un final triste, como es siempre la muerte, pero es que quizás fue el pago por mofarse de lo que otras personas creen. Yo nunca participaría pero respeto a quienes lo creen.
ResponderEliminarun relato muy bien llevado y un final muy original, Manuela.
un beso
Manuela, creo que apareceré como Anonimo, soy Carmela de miFular.
ResponderEliminarotro beso
Carmela
EliminarNo sé si es triste, es la vida, la vida tarde o temprano te hace ver en primera persona aquello de lo que te reías. Por otro lado, yo tampoco voy, ni loca, a una reunión ni de esas ni parecida :))
BEsisssss
Muy buen relato. Corto, conciso, afilado. Enhorabuena.
ResponderEliminarGuille,
EliminarMuchas gracias :))
BEsis.
Hola, Manuela. Te confieso que yo soy un completo escéptico en estos asuntos, y creo que no encajaría nada mal en el papel de esa protagonista que se permite bromear ante la ouija... aunque también me temo que me identifico con ella y su reacción cuando se le presenta esa sombra. Difícil pues no sentir empatía por ella, con estos antecedentes.
ResponderEliminarEso sí, yo miro bien antes de cruzar, digamos que... por si Descartes no se había tomado su medicación aquella tarde.
Buena historia, un abrazo.
Isra
EliminarSí, da penilla, pero: el guion obliga :)) :))
ABrazos
Muy bueno Manuela, creo que yo no sería capaz de sentarme a jugar a la ouija. ¡Suerte con tu relato!.
ResponderEliminarAbrazos.
Conchi
EliminarYo tampoco me sentaba delante de una ouija ni por todo el oro del mundo. Literal :))
ABrazos.
Siento mucho respeto por este tipo de fenómenos, así que no creo que me sentara ante una Ouija ni mucho menos que me burlara de ese modo.
ResponderEliminarNo me esperaba para nada que al final la protagonista acabase muerta y siendo interrogada por la que en vida fue su mejor amiga.
¡Me ha encantado ese giro!
¡Mucha suerte en el Tintero!
Un abrazo enooooooorme.
Rebeca
EliminarYo tampoco me sentaría jamás delante de una ouija porque en el caso de que quien invoque sea un estafador: mal; pero si no lo es y atrae a alguien, peor todavía.
En cuanto a los giros en los finales de relatos, es mi firma. ¿Qué es un relato de final previsible, o con un fin lineal? Un aburrimiento :)) :))
ABrazosssss...
Hola, Manuela. Un relato impresionante con un final sobrecogedor. La que no creía en la Ouija se convierte en su protagonista. Me encantan los relatos con finales sorpresivos.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
María Pilar
EliminarPara mí un relato que no tenga un giro en su final, una sorpresa, algo que te deje pensativo... para mí ese relato está incompleto.
ABrazos.
Hola, Manuela. Excelente relato. Nos trasladas con gran oficio el desasosiego de la protagonista cuando abandona el salón y nos conduces hasta ese sorprendente final que me ha encantado. Enhorabuena y que tengas suerte en el concurso. Un saludo.
ResponderEliminarEnrique
EliminarMe alegra mucho que te haya gustado :))
SAludos.
Muy bueno, Manuela, el giro final está estupendo, creo que a la protagonista ya se le pasó la incredulidad, no hay como ver las cosas desde el otro lado. Un abrazo!!
ResponderEliminarLola
EliminarPara mí los principios y los finales deben ser lo mejor de todo el relato, y así los proyecto :))
ABrazos.
Hola, Manuela. Genial relato. Como suele decirse, el cazador cazado, o ver para creer, o por la boca muere el pez. Fuera lo que fuere, al final el desprecio se la llevó por delante, jejeje.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso y un fuerte abrazo
Pepe
EliminarSí, nunca se debe uno reir de una opinión, de una creencia..., por el simple hecho de no partircipar de la misma. Hay que respetar, y si no, que se lo pregunten a mi protagonista :)) :))
ABrazos.
Hola, Manuela. Muy buen relato. Mucha suerte en el concurso.
ResponderEliminarUn abrazo
Mirna
EliminarMuchas gracias :))
ABrazos
Hola, Manuela. Qué mal día para ir a visitar a una amiga, pero que buena historia para contar por la noche y que luego cualquier sombra ya no deje a los oyentes pegar ojo en toda la noche. Y si, además, hacemos sombras por la ventana ni te digo.
ResponderEliminarSaludos y suerte.
JM
EliminarPues la verdad es que no era buen día, pero todo es por algo :))
SAludos.
Hola Manuela. Aprendió de la peor forma lo que es el espiritismo. Sinceramente yo tampoco soy muy crédulo con estas cosas pero... quien sabe, por si acaso y vistos los precedentes procuraré no acercarme a una sesión de ouija. Aunque bien mirado, eso de saberlo todo y verlo todo tiene su gustillo. Un relato para no dormir tranquilo. Felicidades por tu sexta posición en el Tintero.
ResponderEliminarJorge
EliminarGracias y encantada de verte por aquí :))
SAludosss...