Un 13 de julio nací en Córdoba. En un barrio obrero; en el
seno de una familia de buena gente y trabajadora. Este ha sido el mejor regalo
que me ha dado la vida.
Hoy en mi aniversario recuerdo el día en que, después de
muchos años, volvimos a nuestro barrio. Mi madre quería ver una vez más, la
casa donde habíamos vivido antes de trasladarnos a Madrid.
Reproduzco el relato que publiqué en aquella ocasión. Es un
hecho verídico, sí, mi familia es así y va en su honor.
Hace unos meses, durante el derribo de una casa de la
antigua calle Avenida de la Diputación 19, ahora Acera del río, del barrio
Campo de la Verdad, Córdoba, fueron encontrados restos humanos de la Edad del
Bronce. Se trata de un hombre adulto y de un niño, así como instrumentos asociados
al trabajo del metal. A este adulto se le ha llamado “el cordobés más antiguo”
porque es el más antiguo de los hallados en Córdoba.
Esta noticia no tendría para mí más relevancia que la arqueológica si no fuese porque un 13 de Julio mi madre me daba a luz en una de las habitaciones de esa misma casa.
Puedo asegurar y aseguro que jamás notamos poltergeist alguno, muy al contrario, fuimos nosotros, mi familia, quienes involuntariamente molestamos de forma continuada a esas personas que, estoy segura, estarían de nosotros hasta la mismísima coronilla (si es que en esa época ya se tenía coronilla).
Vivimos allí durante siete años, en los últimos cuatro ya había nacido yo. Una casa alegre, repleta de niños, nosotros tres y los de todo el barrio que acudían todas las tardes a la hora de la merienda (sobre todo a esa hora).
Mi hermana a esta noticia dice que los cordobeses son unos “exageraos”, que los huesos seguramente son aquellos de aceituna que ella tiraba al patio. Para más inri, asegura recordar que tenía varios muñecos a los que les faltaban los brazos y que por mucho que buscó, nunca llegó a encontrar, que seguro son esos. Pero yo no creo probable ninguna de las dos hipótesis.
Nos hemos enterado de la noticia cuando hace unos días mi familia y yo decidimos ir a Córdoba para rememorar nuestros orígenes. Hasta ahora viajábamos hasta allí, pero no llegábamos a cruzar el rio, que es donde se encuentra el barrio.
La verdad es que nos causó sorpresa cuando ya estando en la misma calle donde estaba ubicada nuestra antigua casa encontramos un solar. Mi madre reconoció el lugar, estaba segura de que era allí donde se encontraba la casa, así que cruzó para preguntar a una trabajadora del ayuntamiento que estaba en la acera de enfrente.
Cruza, le pregunta y con las mismas vuelve hacia nosotros
y nos dice con toda naturalidad (mi madre es así):
—Me ha dicho esa chica que sí, que es el derribo de nuestra casa, del antiguo 19 y que se han encontrado allí muchos muertos.
Nos lo dice así, a bocajarro y claro, inmediatamente empezamos a mirarnos las caras entre nosotros de forma sospechosa, incluso yo llegué a exclamar: «A ver quién de vosotros fue, yo no porque tenía cuatro años».
Luego en un bar de la zona nos especificaron que eran restos de hace unos 3600 años, con lo cual nos tranquilizamos y volvimos a recobrar la confianza los unos en los otros.
No dejo de pensar cuando mi padre llenaba de agua el patio para que todos los niños jugásemos, con razón el hombre encontrado está en postura fetal, vaya humedad que estaba soportando. La verdad es que estaría diciendo: «Esta gente… me ca.. en to lo que se menea». Pobrecito, con lo mala que es la humedad para los huesos.
De ruido no te quiero contar, teniendo en cuenta que la única televisión que había en todo el barrio era la que mi padre compró, y que mi madre diariamente se encargaba de difundir la programación para que los demás vecinos viniesen a mi casa, si, como quien va al cine pero gratis, porque en aquel entonces los vecinos eran como familia así que se compartía lo que se tenía, o al menos nosotros así lo hacíamos. Y mientras, los de allá abajo aguantando los dibujos animados, las películas del oeste y las de romanos. Vaya tela.
Por no mencionar que mi hermana cogía con las manos unos zapatos de tacones y jugaba a taconear en el suelo a todas horas, y ellos, según la profundidad del hallazgo, a 50cm de ras de suelo, porque esas casas no tenían cimientos, tendrían la oreja pegada a los taconazos de mi hermana. Desde luego tienen el cielo ganado.
Lo que sí me mosquea es que mi hermano no encontrara nada. Cuenta la familia que de pequeño desconchaba las paredes y se entretenía con demás «juegos arquitectónicos». Después de conocerle tantos años, pienso que algo debió encontrar pero guardó silencio, mi hermano siempre ha sido muy negociante y lo mismo pactó algo en su momento con ellos. Ahora que lo pienso, siempre ha sabido mucho de historia antigua…
Pues allí nos quedábamos en la misma orilla del río Guadalquivir, por la noche la calle a oscuras porque no estaba alumbrada, era todo tierra y a esto cuántas veces ha dicho mi tía: «No teníamos miedo, tu padre venía tarde de trabajar y tu madre y yo nos quedábamos solas con vosotros tres, niños como erais» Aquí es donde se hace realidad el dicho de «lo atrevida que es la ignorancia» ¡ellas sin saber lo que tenían debajo de la cocina!
Como mi madre dice: «qué acompañaitos estábamos».
Fotografía de portada y texto de ©Manuela Fernández Cacao.
Todos los Derechos Reservados.
No todo el mundo puede presumir de algo así. Un beso
ResponderEliminarSusana Moreno
EliminarAdemás de verdad :)) :))
BEsis.
Hola Manuela.. Muchas felicidades por tu aniversario. Es bueno recordar vivencias y anécdotas según pasan los años son nuestro patrimonio humano, ese que nadie nos puede arrebatar. A veces no conoces el verdadero valor de un momento hasta que se convierte en memoria..
ResponderEliminarUn abrazo y felicitaciones.
llorenç Gimenez
EliminarLa verdad, a mi no me gusta mirar hacia atrás, las ausencias duelen. Pero mi madre, al poco de faltar mi padre quiso ir y allí que nos fuimos ¡faltaría más!
ABrazos
Queda más que patente que hay que temer a los vivos. A los muertos, si los dejas en paz, en paz te dejan.
ResponderEliminarCabrónidas
EliminarFirmo lo que has dicho: si los dejas en paz, no te molestan. Pero los vivos hay quienes aún dejándolos siguen erre que erre.
SAludos.
Cuando hay una buena infancia,vale la pena recordar,FELIZ CUMPLEAÑOS!!!abrazo.
ResponderEliminarFiaris
EliminarMi infancia ha pecado de buena, no sé qué he podido hacer en otra vida para merecerme a mi familia.
BEsis.
Felicidades. Buenos tiempos siempre. Solo queda lo bueno.
ResponderEliminarBesos
Erik
EliminarGracias, si, lo bueno crea un pozo inolvidable.
BEsis.
Los que vivimos nuestra infancia en un barrio humilde de los años 60 entendemos tu historia, esos años de infancia y juventud que nos traen a menudo los recuerdos de aquellos años de miseria, pero felices al fin y al cabo, éramos niños y todo nos parecía bien.
ResponderEliminarMatías
EliminarMi padre de pequeño solo tenía aceitunas para comer, y luchó por dar carreras a sus hijos y que no les faltara nada. De él es el mérito. Yo tenía de todo, pero sobre todo tenía agradecimiento de lo que hacían por mi, por mis hermanos. Nunca hemos pasado penurias, al contrario, nos hemos dado el lujo de compartir lo que con el esfuerzo de mi padre venia a casa. Es una buena fórmula para ser feliz.
BEsisssss....
Un texto muy simpático que reproduce fielmente las sensaciones encontradas que uno tiene cuando vuelve a su lugar de origen, sea una ciudad o un barrio, y se da cuenta de lo que ha cambiado. La memoria, sin embargo, nos hace revivir todos los sucesos y anécdotas de nuestra infancia y entonces las recordamos con cariño.
ResponderEliminarEsos restos humanos de hace milenios seguro que estuvieron bien guardaditos bajo vuestros pies y cuando los descubrieron, de haber podido hablar, habrían contado maravillas de tu familia, je,je.
Un abrazo.
Josep Mª Panadés
EliminarPues la verdad es que se estarían partiendo de risa porque mi familia es alegre y simpática, no te digo en aquellos años en los que estábamos todos...
ABrazos.
Que buena historia, Manuela. No somos conscientes de ello, pero caminamos sobre nuestros antepasados.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ángel
EliminarCierto, no hemos venido de la nada, hay todo un hilo conductor que nos lleva bastante lejos.
BEsis.
Feliz cumpleaños aunque ya haya pasado.
EliminarUn beso.
Gracias.........
EliminarLo primero, con un poco de retraso felicidades y dicho esto te digo que no me sorprende nada tu relato pues hay zonas que deben estar plagadas de muertos, de restos antiguos y de no sé cuantas cosas más. La forma de contarlo me ha gustado, lo haces muy ameno el relato. Un abrazo
ResponderEliminarChelo
EliminarEfectivamente tiene que haber miles, este lo que pasa, además de estar bajo mi casa, es que como aquellas casas no tenían cimientos, como digo en el relato, estaban a 50 centímetros medidos de nuestros pies. Haciendo memoria por las fotos de los arqueólogos, se encontraban bajo la cocina el adulto, y bajo mi cuna el niño.
ABrazo.
"Ancestros" de abolengo sí parece que teníais... :)))))
ResponderEliminarUn relato curioso y lleno de incógnitas. Los muñecos de tu hermana y los "derribos" de tu hermano.
Abrazo Manuela.
Ernesto
EliminarEs que tengo una familia que de todo hace un chiste, claro, ellos ya habían nacido en Sevilla, pero yo, nacer justo donde había enterrado un niño... pues como mínimo dices:¡caray! :))
BEsis.
Mari Carmen Polo
ResponderEliminarYo voy a Córdoba pero no a mi barrio, en una sola ocasión lo visité de mayor, por curiosidad; pero mi madre quiso ir y donde manda capitán no manda marinero :))
BEsis.
¡Muy feliz cumpleaños Manuela! Me ha encantado tu entrada, recordar esos momentos, y bueno, lo de los huesos si que pone los pelos un poquito de punta. Pero me quedo con la hermosura que se trasluce en cada una de tus palabras y el amor a tu familia.
ResponderEliminarPor cierto, hemos nacido cerquita una de otra. Aunque vivo en Carmona, naci en Palma del Rio. Besos :D
Margarita
EliminarEntonces somos paisanas. Ya ves, yo vivo más lejos de nuestra tierra natal: Madrid.
BEsis.
Lo primero aunque con retraso de un día Felicidades no por ello es menos afectuosa la felicitación ..y me encanto la historia de nos dejas . Gracis espero lo hayas pasado genial . Besos y abrazos.
ResponderEliminarCampirela_
EliminarNunca es tarde, graciassssssssssss......
BEsis.
Jefe,alucino con tu memoria
ResponderEliminarLirtea
EliminarSon experiencias que no se olvidan con facilidad :))
BEsis.
Bueno, de la pena que se podría sentir al vez la casa de nuestra niñez convertida en solar, usted ha sacado la nota de humor. No es mala cosa tomarse las cosas así, desde luego...
ResponderEliminarUn saludo.
Desdelaterraza...
EliminarMe hubiese gustado verla en pie, no lo niego, pero el descubrimiento lo supera.
SAludos.
YO también me esperaba algo más triste, ver como desaparece la casa de tu infancia y esas cosas... pero, claro, para ti lo importante era la familia, las historias dentro de la casa.. la estructura sólo era el envoltorio de lo importante ;)
ResponderEliminarme ha gustado la historia.
Beauséant
EliminarTriste no, lo vivido ya no nos lo quita nadie y ahora le añadimos lo extraordinario del hallazgo. Más no se puede pedir.
SAludos.
Desde luego, descubrir que has nacido sobre la historia, y sobre la tumba de antepasados, tiene tela. Ese viaje al otro lado del río, es como atravesar el Mediterráneo y plantarte en Egipto. Y tu madre diciendo a bocajarro que "es nuestra casa y debajo hay muchos muertos".
ResponderEliminarY descubres bajando el escalón que hay un hombre en postura fetal y un niño".
Ágata Cristi encontraría el filón de sus novelas.
Bueno, aunque tarde, gracias al viaje de aventura, después de una semana, puedo desearte que cumplas muchos más y siempre seas feliz.
Saludos.
José Manuel
EliminarMuchas gracias por tus deseos :)) :))
BEsis....
Te había puesto un comentario hace días felicitándote, no sé qué ha pasado. Lo reitero y cierto es que volver a los ancestros a veces alegra, otras duele y otras sorprende.
ResponderEliminarFelicidades atrasadas.🎂🎂🎂
Airblue
EliminarGraciasssss...
BEsis.
Ja, ja, ¡con qué salero lo has contado! Me he imaginado toda la escena, la feliz alegría de la ignorancia...
ResponderEliminarAparte de bromas, es algo impresionante; y es muy bonito saber que debajo de vuestra historia familiar había escrita otra...
Un placer haberte leído y conocido a tu simpática familia :)
Besos :)
Volareda
EliminarEl hallazgo fue toda una sorpresa para mí, y me pregunto si realmente no ocurrió nada extraordinario en aquellos años, no para mal, sino incluso para bien.
BEsis.
Llego tarde pero he llegado
ResponderEliminarPense que habias puesto tu bello rostro al descubierto
Saludos desde el sol que me invade
Mucha
EliminarNunca llegas tarde, siempre a tiempo. Estoy acostumbrada a poner la foto del pendiente y ya es como tradición. Pero ya ves que no me importa aparecer a cara descubierta, ya pondré más.
BEsis.
Muito bom isso aqui, sabia?
ResponderEliminarVou te seguir esperando que
me siga também. Assim fica
fácil o intercâmbio.
Um abraço e bom dia.
silvioafonso
EliminarMe alegra tu visita a mi blog, yo ya seguía el tuyo.
SAludos.
Siempre se dice que hay que temer más a los vivos que a los muertos.
ResponderEliminarSalu2.
Dyhego
EliminarFijate que yo a esa frase añado: según te hayas portado. ;))
SAludos.
La infancia es una etapa maravillosa, sin duda,me alegra saber que si la disfrutaste como es debido. Saludos desde Ecuador :3
ResponderEliminarSí, la mia fue única.
EliminarSAludos desde España :))