El camionero que leía a Borges
Ramon Gallart
De venta en Amazon
El camionero que leía a Borges, es una mirada íntima
al interior de un hombre anclado por la pérdida de su mujer, enfrentado a la
complejidad del vínculo con sus hijos y convencido de que el amor ya no es una
opción para él.
Narrado a modo de diario, el relato avanza con un ritmo pausado, intimista, impregnado de añoranza,
que nos sumerge en el pensamiento y sensibilidad del protagonista.
En la novela no hay grandes giros ni estridencias, nos
presenta una historia cotidiana, real, profundamente humana, a lo que su autor,
Ramón Gallart, nos tiene acostumbrados en sus obras.
El conflicto de esta obra no está en los hechos, sino en los
sentimientos: en la memoria de su esposa fallecida, en la relación con sus
hijos y nietos, en el peso de sus errores, en la duda constante entre avanzar o
permanecer anclado.
La narrativa
es sencilla, sin artificios, lo que permite que la emoción fluya con naturalidad.
Todo gira
en torno a la vida del protagonista, un lector apasionado que ha encontrado en
los libros compañía y sentido. Esa pasión impregna todos sus actos reconociendo
fragmentos de su propia historia en frases y pasajes leídos a lo largo de los
años. La literatura se convierte así en un espejo de su vida.
Es un libro para leer sin prisas, dejándose llevar por la voz del personaje, por sus miedos, por sus pequeñas revelaciones… Una lectura que no busca impresionar sino acompañar.
Ramón Gallart, ha publicado anteriormente dos novelas: Las cartas que nos tocan y Alina sobre las que ya hablamos aquí, incluso tuvimos la oportunidad de hablar con él directamente.
Solo queda la espera hasta su siguiente novela, segura de que no defraudará.
©Manuela_ferca
Hola Manuela.
ResponderEliminarLeída tu magnífica explicación de la novela, resaltando algunos puntos de gran interés, no voy a negar que sería un placer adentrarse en su lectura.
Abrazos.
Ernesto
EliminarSí, seguramente te iría. Es una novela que mucha gente podría ser su protagonista. Un novela cuya trama la conocemos porque es lo que un vecino vive, un compañero antiguo... La vida misma.
ABrazos.