Saldo final -reto para descubrir al culpable-

 



Saldo final  


—Eres endeble, pusilánime, nos has llevado a la ruina.

—No necesito un juez, solo tiempo —respondió Ernesto a su esposa.

—Vales más muerto que vivo ¿lo sabes?

—Y tú qué haces ahí parado, vete a la fábrica —espetó Ernesto a su hijo que con ojos de desprecio y un “te aborrezco” como respuesta, salió de la habitación.

Ernesto también salió. Se dirigió a su despacho, cogió la botella de whisky, un vaso y se sentó frente a su mesa.

Un trueno hizo que mirase hacia la ventana, creyó ver una silueta en el jardín.  Parpadeó y solo vio su propio reflejo. La tarde se había cerrado.

En su mente hizo repaso: “Los números de empresa están en rojo, las cuentas bancarias a cero… Todo controlado.”

 

Entró la criada sin llamar.

—Solo quieren tu dinero.

—Calla.

—Sabes que tu mujer te engaña y tu hijo solo busca tu empresa.

—¿Acaso yo no la engaño contigo y mi hijo no la va a heredar?

—¿Y lo que me prometiste? Tengo el equipaje hecho.

—Siempre te adelantas.  Vete, hablamos mañana.

 

Pasaron dos horas, la botella estaba vacía, el despacho olía a alcohol y humedad y el manillar de la puerta comenzó a girar. Era el contable.

—Llegas tarde. Dámelo y cierra la puerta tras de ti.

—Aquí tienes, pero falta lo mío.

Ernesto abrió el sobre. De los fajos de billetes separó unos cuantos y se lo entregó al contable.

Estando ya solo, sacó del cajón un pasaje de avión, lo guardó dentro del sobre junto al dinero y lo introdujo en el bolsillo interior de su chaqueta. Se levantó, pero un fuerte dolor le detuvo. Llevó la mano al pecho y sintió la sangre caliente entre sus dedos. Miró hacia la puerta y vio, medio oculta tras un cojín, la pistola que no escuchó. No alcanzó a decir nada.

 

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Volvemos al reto con un escritor invitado.

Os traigo la primera parte de  un relato  escrito por mí. No está completo, no. 

Comentad quién pensáis que es el asesino. 

Completaré el relato con la publicación de la última parte. Vendrá de la mano de un  autor invitado: David Breijo , peqpantx en redes

 


Pistas para resolver el reto:

 

.-Ernesto acababa de firmar un seguro de vida a favor de su mujer.

.-El hijo ambicionaba dirigir la empresa.

.-La criada estaba celosa de la mujer.

.-El contable tenía grandes deudas.



LO QUE PASÓ DESPUÉS

Por ©David Breijo  @peqpantx en redes

 

El grito de la criada al encontrar el cuerpo sin vida de su amo y amado, llamó la atención de la infiel nueva viuda y del ambicioso hijo. La policía apareció media hora más tarde, tras telefonearla una atormentada mujer del servicio, justo al momento en que llegaba el viejo amigo y también contable del empresario. No había cámaras ni huellas distintas a aquellos que estaban presentes. Nadie más había estado en la casa ese día. Quien lo hubiese hecho, estaba frente a las autoridades. Tras las oportunas preguntas a cada uno por separado, la policía solo se llevó detenida a la criada.

–La esposa desconocía que se había firmado un seguro de vida a su favor –justificó el detective a los presentes–. Nadie, salvo él, conocían la existencia de este documento. Matarlo, en la situación económica que muestran estos papeles –señalando con la cabeza los aportados por el contable y al documento en favor de su mujer escondido en un cajón de su escritorio–, sin saber ese detalle tan importante del seguro de vida, no la ayudaría. Al contrario de lo que ella le dijo, sin ese dato, para ella todavía era más valioso vivo que muerto. Eso era todo lo que ella sabía, por lo que queda descartada.

» El hijo ansiaba tener la empresa bajo su mando y poder saldar sus deudas de juego y otros placeres inconfesables. Pero era por todos conocidos que, de momento, para él la empresa solo sería otro problema mucho más grave. Su momento sería más adelante, en un posible futuro más propicio como le decía su padre que iba a llegar, cuando la empresa remontase. Ahora tiene un problema más grande a su espalda, no una oportunidad. No le conviene la muerte de su padre. Por eso, queda fuera de sospecha también.

» El contable era el primer conocedor de las cuentas. No tiene sentido tenerlo como sospechoso. Él no gana nada, si acaso pierde un cliente. En cualquier caso, le valdría solo con dejar de atenderlo como profesional. Como amigo, intentó ayudarlo, no hay indicio alguno de reyerta entre ambos. Su muerte no le reporta beneficio alguno.

» La criada, sin embargo, mantenía una relación secreta con él. Sin embargo, este no se divorciaba, ni daba señales de querer hacerlo. El hombre tenía un único billete de avión y algo de dinero en la chaqueta, pero nada firmado de divorcio ni un billete para ella. Sin duda, su idea era desparecer, lo que la dejaría abandonada aquí. La falta de dinero persistente de la familia la dejaría en la calle, con una mano delante y otra detrás. No podría reclamar nada, nadie la creería. Se sentía engañada, utilizada y humillada. Nadie la creería si dijese lo que tenía con él. Un acto inconsciente, una salida mal calculada por culpa de la rabia, el despecho, sin duda.

» Llévensela.

La criada, tras el oportuno juicio, acabó condenada, tanto por la ley como por la sociedad.

El hijo terminó luchando por su vida escondido en las calles de la ciudad, perseguido por acreedores de la peor calaña, y hostigado por su egolatría frustrada.

La viuda, junto con el contable, brindaban a diario con champán frente a los campos Elíseos.

–Por un momento llegué a pensar que nos descubrirían, cariño. Si no fuese porque tenía una relación con esa pordiosera, nos habrían desenmascarado.

–Tranquila, querida. La próxima vez tendré más cuidado.

 

©David Breijo  @peqpantx 


Gracias a David Breijo por haber aceptado la invitación a formar parte de este reto/juego literario. Así como a todos quienes han llegado en su lectura hasta aquí, guiados por la curiosidad.


Gracias a todos. 




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13 comentarios:

  1. La descripción apunta claramente a que la asesina es la criada.
    ¿Por qué?
    Tenía un plan de fuga preparado.
    Tenía acceso a la casa y al despacho.
    Sabía cuándo estaría solo.
    Tenía un motivo emocional (relación clandestina, posible traición, cansancio, manipulación).
    La pistola estaba escondida tras la puerta, un lugar donde alguien del servicio podría colocarla sin ser visto.
    Después, una vez muerto el señor , ella cogería el sobre de su chaqueta y el billete de avión y rumbo al paraíso.

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    1. Campirela_
      Pregunto: ¿tu nombre real no será Miss Marple? Desconozco quién es el/la asesino/a (o no puedo decirlo) pero me ha encantado tu formulación.
      Me quito el sombrero.

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    2. Jajajá, en realidad mi nombre y el de ella verdadero es el mismo ajaj, y me encanta ser detective, aunque no soy muy observadora . Besos, están muy bien estos pequeños juegos.
      Veremos quién es el asesino.

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    1. Susana
      Hay mayoría que creen que fue el hijo. Veremos a ver si la mayoría acierta...
      SAludos.

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  3. Campirela sirve para hacer carrera en un departamento de la Policía Técnica

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  4. Todos. Se echaron a suertes quién tendría el honor de ajusticiarlo.

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  5. Coincido plenamente con Campirela. Todo parece encajar. Pero sigo preguntándome quién fue el asesino de "La saca", que nos dejaste en ascuas, je, je.
    Un abrazo.

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    1. Josep
      Pero si La saca está completa... el autor de la segunda parte, Oscar Pino Morillas, decidió que los personajes fueran todos más malos que la quina. Entre ellos, se ve que la dependienta tenía una inteligencia infravalorada... :))
      ABrazos.

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  6. Todos tenían un motivo para hacerlo. Me inclino más por la esposa.

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    1. Cayetano
      La solución ya está publicada, se ha cruzado tu comentario. Pero mira, ibas bien :))

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