La literatura japonesa está viviendo un auge inusual.
Llevamos meses en los que sus libros llenan estantes en librerías y en las
redes sociales son los protagonistas.
Este
éxito no es casual: detrás hay una estrategia editorial bien pensada que ha
transformado una lectura que antes era minoritaria.
Lo
cierto es que la literatura japonesa ofrece algo distinto.
En sus
páginas conviven la delicadeza del haiku, los espíritus del Kaidan y el Japón
contemporáneo.
Historias que hablan de soledad, de sentimientos, de la
fragilidad de la persona, de lo efímero de la vida…
A
diferencia de la narrativa occidental, en sus historias, no se encuentran
explicaciones, lo japonés sugiere, expone, moviéndose entre lo poético, lo
sutil y todo bellamente expresado.
La literatura japonesa tiene otra forma de mirar al mundo, muy en consonancia con su forma de vivir, con su historia, sus tradiciones. En resumen, su literatura es como su cultura, profundamente distinta. O yo lo veo así.
Las ilustraciones que acompañan a esta entrada pertenecen al
libro: Espíritus y criaturas de Japón, una recopilación de relatos
tradicionales japoneses que Lafcadio Hearn recogió y adaptó para los lectores
de occidente, respetando, eso sí, el
alma de las leyendas originales. Ilustrado por Benjamín Lacombe y editado por
Edelvives.
Son relatos, cuentos, donde lo humano y lo espiritual es una
misma cosa, donde lo cotidiano se vuelve
extraño sin ninguna explicación y lo
ancestral sigue siendo actual. Historias que te llevan entre el mundo visible y
el invisible sin darte cuenta. Y todo bellísimo: su atmósfera, las historias…
Es una maravilla de obra tanto por sus cuentos como por su
presentación, por sus ilustraciones… todo el conjunto lo hace único.
Una de mis adquisiciones literarias, de hace dos años, más
acertada.
©Manuela_ferca
En mi caso creo que no, que no me influyen esas campañas porque mis gustos van un poco por libre. Pero es verdad que, cuando te tienen que regalar un libro, la persona que lo hace sí puede dejarse llevar por ellas, porque lo cierto es que me he encontrado con un par de libros de literatura japonesa entre las manos... Y, claro, como todo, algunos bien, otros mal... También sospecho, en este caso concreto, que la traducción debe ser complicada, porque me he encontrado con frases o recursos que no me "sonaban bien"...
ResponderEliminarSi me diesen un súperpoder sería ese, el de poder leer cualquier libro en cualquier idioma, ¿te imaginas?
Beauséant
EliminarLas traducciones son importantísimas. Pienso que, por lo general, no se le da tanta importancia como la que tienen.
SAludos.
Murakami podría servir de puente entre Japón y Europa. A nivel literario podría valer como un mestizaje de ambos mundos.
ResponderEliminarCayetano
EliminarEso dicen los entendidos. Yo me limito a leerlo y me gusta.
SAludos.
Qué curioso. Me pillas reiniciando o releyendo por segunda vez a Yoshida Kenko Japón Siglo XIII) y sus "Pensamientos al Vuelo" No diré aquello de "libro de cabecera" pues jamás leo en la cama. Pero creo que tú, ya sabes de mi devoción por la cultura nipona.
ResponderEliminarEn este mundo de sobreabundancias, las campañas promocionales cumplen su función. Sin ellas sería difícil conocer la diversidad que ofrece el mercado. Pero claro; las hay mejores, peores y pésimas.
Ricard
EliminarCompletamente de acuerdo. Es cierto que mis lecturas difícilmente coinciden con las de los demás, pero reconozco que hay títulos que resuenan en mi cabeza después de que el marketing hiciera su trabajo y hasta que no consigo un ejemplar y lo leo no paro.
BEsis.
Tengo algunos pero reconozco que sí que es complicado traducir a un artista. Por eso cuando voy a ciudades foráneas siempre suelo patearme librerías a ser posible de viejos, porque te encuentras con cosas interesantes como que el ultimo o alguno de los antiguos poseedores del libro en cuestión rectifican a mano al traductor oficial. En fin el mundo de los libros es algo esotérico total, o al menos yo así me lo tomo, y no ya por a donde te pueda llevar un libro en concreto.
ResponderEliminarSalud.
Erik
EliminarJamás me he encontrado con un libro rectificado a mano. Qué interesante.
SAludos.