Llegó el día de San Valentín y un año más le envió un ramo de sus flores preferidas. Esta vez las rosas llevaban una nota: “Ya pagué mi condena, nada comparado a la que viví contigo antes de dispararte. Continúa pudriéndote en paz”.
Micro perteneciente al libro Exprimiendo historias. Microrrelatos de ©Manuela Fernández Cacao. Todos los derechos reservados.
De venta en Amazon.
Veo que San Valentín no anda reñido con el rencor y la venganza. Me has recordado eso de mi divorcio me costo siete años y cuatro meses, pero ni un euro :)
ResponderEliminarExcelente!!
ResponderEliminarBesicos muchos.
Hola Manuela, mira, aquí hablan del día de hoy. Saludines de colores.
ResponderEliminarMuy bien comprimido, este minicuento. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarMuy bueno, lo recuerdo cuando lo leí. Besos.
ResponderEliminarSi ya pagó la condena, que menos que llevarle flores.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un libro precioso que tu relato da pistas y avances, esos renglones dicen que hay que leer el libro entero. Un abrazo
ResponderEliminarPues es muy bueno. Al final, ese disparo es el remate.
ResponderEliminarUn abrazo, y que pasaras un día del amor y la amistad muy bonito.
Claro y contundente, y es que hay cosas que nunca se olvidan y el día de San Valentín da pie a volverlo a recordar. Al menos le puso flores. A lo mejor desde el más allá incluso le llega a perdonar, je, je.
ResponderEliminarUn abrazo.
No se cuanta condena tuvo, pero el odio continua.
ResponderEliminarUn abrazo.
Escueto, pero definitivo. Al fin se encontraba doblemente liberada.
ResponderEliminarBesos.
Buen relato que continúa con la ampliación de la nada mas absoluta. Si a ello lo acompañamos con el olvido, a esa persona lo envías mas lejos aun...
ResponderEliminarUn saludo
Me has dejado boquiabierto, con esa dura y sincera reflexión.
ResponderEliminarFelicidades por tan impactante entrada.
Un fuerte abrazo, amiga Manuela.