Título: El soldado del botón magenta
Autor: Ernesto Olano
Editorial: Libros y literatura
De venta en Amazon y otros
Un periodista es requerido por un antiguo soldado
para relatar la historia que este último vivió durante la Gran Guerra. De ahí parte la novela. Cinco encuentros en un
café de París durante el año 1926, apenas ocho desde que la Primera Guerra
Mundial hubiera llegado a su fin, reuniones que cambiarán la vida del
periodista, su forma de ver la vida.
Quien busque una historia bélica de conquistas militares, contiendas históricas..., este no es su libro. Esta es una novela donde se
analizan las emociones como por rayos X, lo que hacemos, lo que pensamos, nuestra
coherencia en la vida y una pregunta subliminal: ¿Para qué venimos a este mundo? Escrito con sumo cuidado y tino para llegar al lector con
toda la sutileza posible.
Nos metemos en la cabeza de los personajes, en
sus inquietudes y miedos, sus reflexiones se hacen nuestras.
El autor sabe intrigar, sabe alargar la
tensión en una escena como quien tensa una cuerda hasta su límite sin romperla.
Frases cortas que hace que se nos pare la respiración.
La narración es exquisita. Un lenguaje
delicado que no por eso blanquea la crudeza de la guerra. Carente de lugares
comunes no deja de sorprendernos con sus expresiones y con un vocabulario
rico y elegante. Palabras como picad, adminículo, denuedo, forcaz…
Una facilidad para narrar que hace que lo que
leemos lo visualizamos, lo sintamos, lo vivamos al mismo tiempo que pasamos
cada página.
Una obra que va in crescendo en su historia,
una lectura que deja poso. Un canto al sentimiento. Una historia que adquiere
fuerza al desarrollarse en medio de una guerra donde todo es caos, dentro de
ella es una esperanza a la inhumanidad y sinsentido.
Este libro es para leerlo sorbo a sorbo como el buen vino, gota a gota como el buen perfume.
No puedo dejar de resaltar su presentación. Su
portada, la maquetación, la fuente de los títulos de los distintos capítulos,
el color suave de sus hojas…, todo guarda armonía con el contenido. Ya los
créditos tienen “su aquel” que yo guardaré y diré, parafraseando al mismo, que
dejaré para quienes les guste verdaderamente leer.
Tampoco quiero obviar la dedicatoria del autor al finalizar la obra,
una belleza por sí misma donde muchos de nosotros nos vemos reflejados por
haber tenido la fortuna e infelicidad (las dos caras de la moneda) de habernos
encontrado en la misma circunstancia.
Pero hablemos con el autor…
Como paso previo a escribir esta obra, ¿has
mantenido conversaciones con alguien que haya combatido en alguna guerra o ha
sido un trabajo intuitivo?
—Primero me documenté a conciencia. Hoy día
tenemos mayor facilidad para acceder a la información y como es una época que
me apasiona debido a la relevancia que tuvo en la transformación del mundo y de
las costumbres hasta entonces conocidas, para mí resultó una surte bucear entre
archivos y documentales. Invertí más de un año en prepararme, sobre todo en
leer novelas escritas por excombatientes como puede ser la de Erns Jünger:
Tempestades de acero, o la aclamada: Sin novedad en el frente de Erich
M.Remarque.
También disfruté de largas conversaciones con
mi padre que me hablaba del abuelo y de cómo le tocó luchar en la guerra civil.
Eso fue increíble. Una suerte enorme. Mi padre me trasladó también cómo vivía
esos recuerdos que le participaba su padre cuando él era aún muy chico. Las
guerras están llenas de sangre de verdad.
Luego vino ya el trabajo de escritor para
crear personajes y trazar una historia que pudiera trasladar al lector mis
inquietudes.
¿Quién ha establecido el final a tu historia, tú o los personajes?
—A la hora de ponerme a escribir y antes de
teclear la primera palabra, paso días, semanas, meses, elaborando mentalmente
la historia. Por lo general desde el principio tengo perfectamente estructurado
el comienzo y el final, junto con la naturaleza de cada personaje. También los
pasajes más memorables. Luego ya es seguir el camino trazado y observar cómo
todo coge vida propia y se va al carajo. Los personajes pueden llegar a ser muy
caprichosos. Siempre se desvían y ahí es donde resulta esencial el trabajo
previo para que todo guarde un equilibrio.
La rigidez no es buen aliada de la
creatividad. Se improvisa muy bien con un guion previo.
¿Qué destacarías de esta novela?
—Que la escribí prácticamente toda en el
móvil, a ratos sueltos, con poca continuidad, pero sintiéndome muy unido a cada
personaje por la humanidad de la que supe dotarlos. Uno no puede desprenderse
de su propia piel cuando escribe y por eso acerté a verme en cada uno de los
personajes, incluso en Donatien Fortabat, aunque en este más bien poco.
La ficción es un salón lleno de espejos.
Mi mayor aliciente para concluir la obra ha
sido la necesidad de plantear una pregunta al lector: ¿para qué venimos a este mundo?
Si se pusiera en contacto contigo un productor
y te propusiera llevar al cine tu novela, pero haciendo cambios en ella ¿aceptarías?
Si es así ¿por qué cambio no pasarías?
—Cuando uno escribe una novela y la comparte,
ya no es sólo suya. De esa premisa parto. El soldado del botón magenta tiene
tantas lecturas posibles como lectores. Ya voló y no creo que sea adecuado
imponer mi criterio como verdad absoluta. Claro que me gustaría verla en
pantalla grande y, en ese sentido, es cierto que desearía que guardara el
intimismo del que la he querido dotar y, sin caer en moralinas, pudiera hacer
pensar al espectador sobre las mil contradicciones que nos asola y sobre ese sentimiento
de pertenencia que muchas veces, lejos de aportarnos paz, nos oprime.
No me convence los ismos y odio a quienes se empeñan en trazar líneas
rojas para imponernos lo que está bien y lo que está mal, sobre todo sabiendo
la cantidad de peregrinos deseando decir amén a su manipulador de turno con tal
de no pararse a pensar un momento.
Cuando pusiste fin a la novela ¿qué fue lo
primero que te pasó por la mente?
—Que quería una cerveza bien fría. Luego ya,
lo segundo, fue el deseo de compartir el manuscrito con la esperanza de seguir
recorriendo el largo camino del prestigio. El prestigio como escritor es mi
proyecto. El prestigio es la confianza del lector y eso requiere de esfuerzo y
no abandonar y aprender y escuchar para crecer.
La fama no es mi destino. La fama es efímera y
tiende a ser hueca. Eso no me interesa.
Qué es más importante para ti en una obra que
escribas ¿la historia o el lector?
—Creo sinceramente que hoy día una novela debe
ante todo entretener. El ser humano por naturaleza necesita que le cuenten
historias. Somos chismosos e imaginativos. Primero era el teatro, los juglares,
luego aparecieron las novelas y luego ya las pantallas. Competir y encontrar
hoy día una abertura dentro de tantos estímulos es muy complicado. Las
pantallas son mucho más inmediatas y absorbentes. Por eso, primeramente, hay
que competir por la atención y luego en segundo lugar contar. Una historia sin
gancho nunca será leída. Es la realidad en la que vivimos. Aunque también creo
que una vez atraído al lector, tenemos la responsabilidad de llenarlo de
sensaciones, olores, imágenes, conflictos, esperanzas, preguntas…
¿Cuál es tu aspiración como escritor?
—Disfrutar y contar. Mil mundos me visitan
cada poco y lo primero que quiero es darles forma. Vestirlos de domingo y
sacarlos a bailar. Primero escribo por mí y luego para mí. Me supongo que en
esta respuesta no he sido muy original ya que estoy convencido de que todos al
igual que tú, Manuela, escribimos para satisfacer esa necesidad que nos asalta.
Es como respirar o leer o mirar por la ventana.
Algo que añadir
—Sí, que me ha encantado tu libro de
microrrelatos. Escribir microrrelatos es tener que rematar de cabeza y meter
gol en cada jugada. Eso es muy difícil y te felicito.
En cuanto a mí, espero que El soldado del
botón magenta toque los suficientes corazones como para que termine siendo más
vuestro que mío.
El soldado del botón magenta, una obra para
leer dos veces. La primera vas corriendo porque quieres saber qué pasa y te dan
ganas de leer el final del capítulo para saber de los protagonistas… La segunda
puedes gozar de la sutileza, la belleza, con la que el autor impregna la
historia.
Ernesto Olano, un placer haber leído tu obra.
©Manuela Fernández Cacao
Me encantó esta resena.BUENÍSIMA. De verdad que hay que leer a Ernesto Orlando. Lo otro es que me pareció muy original lo que dice de tí, en cuanto a que eso de escribir microcuentos es como rematar de cabeza y meter el gol.... caray... Saludos desde Brasil
ResponderEliminarPosdata: Lee de nuevo y con detenimiento, la tercera línea del primer párrafo.
Alí
EliminarMe has hecho reír, he estado como loca leyendo mil veces la dichosa línea, menos mal que os tengo a vosotros.
BEsis.
Tiene que ser de las de no perderse.
ResponderEliminarAlfred
EliminarA mí me ha encantado y eso que si os fijáis, pocas veces (o ninguna) digo en las reseñas si me gusta o no un libro porque el que me guste a mí o no, es lo de menos.
ABrazos.
Otra visión de la guerra también es necesaria. Un beso
ResponderEliminarSusana
EliminarLa guerra, como la vida misma, es un prisma de muchas caras. Ninguna de ellas es buena, pero es bueno conocerlas.
BEsis.
Parece muy interesante,tu reseña invita a leerlo.Lo haré
ResponderEliminarLirtea
EliminarTe gustará, estoy segura.
BEsis.
Espero conseguir que este mensaje de agradecimiento llegue tanto a Manuela Fernández por la reseña realizada como al resto de lectores y participantes en este blog.
ResponderEliminarEste mundo necesita la pausa del lector, la empatía de quien duerme con un libro sobre la mesilla de noche, las ideas de quienes saben vivir otras vidas entre líneas...
Se os debe mucho, queridos lectores.
Gracias por la confianza.
Saludos desde Vitoria.
Ernesto
EliminarGracias a ti, gracias a escritores como tú que con sus historias nos sumergen en mundos repletos de emociones.
SAludos.
Muy novedosa e interesante entrada.
ResponderEliminarGracias por compartirla!!!
buhoevanescente
EliminarEl libro se lo merece.
SAludosss..
Realmente es atrayente por todo lo que cuentas. comparto lo que dice el autor del género de los microrrelatos. Un saludo
ResponderEliminarJoaquín
EliminarA mí me ha sorprendido.
SAludos.
Me parece muy interesante de leer y así lo haré, gracias por tu aportación.
ResponderEliminarAbrazos.
Conchi´
EliminarA mí me lo ha parecido, de todas todas.
ABrazossss...
Hola Manuela, que buena reseña. Me alegro también de conocer un poco más al autor. Tomo nota. Echaré un vistazo en Amazon. Te sigo por si te apetece que sigamos leyéndonos. Un abrazo
ResponderEliminarNuria
EliminarSe trata de un buen libro En cuanto a seguirte, estoy en tu blog, pero ¡ya!
ABrazos