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Textos y fotografías de una realidad donde nada es lo que parece
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Diseño: ¿determinante en un libro?

 





Este libro tiene un secreto…

Cuando crees que termina, empieza otra vez.

No es magia, es diseño.

 

¿Has visto algún libro que comience dos veces?

Este ejemplar de Alicia en el País de las Maravillas tiene un formato muy original. Se empieza a leer por un lado y, al llegar a la mitad, parece haber terminado, pero no, hay que darle la vuelta al libro y continuar leyendo desde el otro lado, lo que sería la contraportada en un libro cualquiera. 

 

Ya la edición es una maravilla con sus ilustraciones, el cuento en sí no digamos, pero este detalle que os comento, lo hace especial.

 

Lo compré en Casa del Libro de la Gran Vía de Madrid. Era mi regalo para una fecha determinada.


—Quiero un ejemplar de Alicia en el país de las maravillas.

—¿Es para su hijo?

—Pues no, es para mí que me gusta leer y escribir cuentos.

—En ese caso llévese este de la editorial Sexto Piso S.L. que le entusiasmará.

 

Me lo dio precintado con papel transparente, ni idea de  cómo era por dentro. Confié en el vendedor y esperé a abrirlo en la fecha exacta para la que lo había comprado.

Acertó, hizo pleno. No sé el nombre del señor que me atendió, pero acertó al cien por ciento y le agradezco la atención recibida.

 




El mercado de libros está saturado hoy por hoy. Las obras compiten por atraer la atención de quien entra
en una librería y quiere comprar un libro sin tener una idea previa ni de autor ni de título. Ante esto, una presentación original puede ser decisiva para que el lector lo adquiera. También puede ser una trampa, ojo, puede que el texto no esté a la altura y la decepción sea grande.

Admito que tengo libros cuyo contenido no es especialmente bueno, pero la presentación en general es suficientemente buena, a mi entender, como para tenerlos en mi biblioteca.

¿Pero qué es importante en un libro? Algunos dirán que el texto, la obra en sí es lo esencial, otros valoramos también la envoltura que no deja de ser arte.

En cualquier caso, hay que admitir que una presentación original puede llevar una obra a manos de alguien que de otro modo no la habría descubierto. Es decir, no es algo decisivo en lo literario, pero puede ser determinante para hacerse notar.

 

¿Y tú qué opinas? ¿Qué peso crees que tiene la presentación en el conjunto de una obra?



©Manuela_ferca

 

El camionero que leía a Borges -Ramón Gallart-

 


El camionero que leía a Borges

Ramon Gallart

De venta en Amazon

 

El camionero que leía a Borges, es una mirada íntima al interior de un hombre anclado por la pérdida de su mujer, enfrentado a la complejidad del vínculo con sus hijos y convencido de que el amor ya no es una opción para él.

Narrado a modo de diario, el relato avanza con un ritmo pausado, intimista, impregnado de añoranza,


que nos sumerge en el pensamiento y sensibilidad del protagonista.

En la novela no hay grandes giros ni estridencias, nos presenta una historia cotidiana, real, profundamente humana, a lo que su autor, Ramón Gallart, nos tiene acostumbrados en sus obras. 

El conflicto de esta obra no está en los hechos, sino en los sentimientos: en la memoria de su esposa fallecida, en la relación con sus hijos y nietos, en el peso de sus errores, en la duda constante entre avanzar o permanecer anclado.

La narrativa es sencilla, sin artificios, lo que permite que la emoción fluya con naturalidad.

Todo gira en torno a la vida del protagonista, un lector apasionado que ha encontrado en los libros compañía y sentido. Esa pasión impregna todos sus actos reconociendo fragmentos de su propia historia en frases y pasajes leídos a lo largo de los años. La literatura se convierte así en un espejo de su vida.



Es un libro para leer sin prisas, dejándose llevar por la voz del personaje, por sus miedos, por sus pequeñas revelaciones… Una lectura que no busca impresionar sino acompañar.



Ramón Gallart, ha publicado anteriormente dos novelas: Las cartas que nos tocan  y  Alina sobre las que ya hablamos aquí, incluso tuvimos la oportunidad de hablar con él directamente. 


Solo queda la espera hasta su siguiente novela, segura de que no defraudará.





©Manuela_ferca


Lectura grupal con Antonio Sánchez Díaz

 



©Ansadi



Una lectura grupal todos sabemos, es una actividad donde un grupo de personas leen un mismo libro y después lo comentan.  Es, claramente, un acto que enriquece la comprensión del texto abriendo la puerta a múltiples interpretaciones. Personalmente me parece una fantasía de ejercicio. Imagino uno de mis microrrelatos siendo interpretado por distintas personas…

No dejo de pensar que son espacios vivos donde el acto de leer, pasa de individual a colectivo, un ejercicio cultural, una manera de fomentar la comunidad literaria tanto de lectores como de escritores.

 

Pero esto no es nuevo. Estas reuniones han existido siempre a lo largo de la historia…

En la antigua Atenas las academias de filósofos fomentaban el diálogo colectivo para profundizar en las ideas que leían.

Virginia Woolf formó parte del Bloomsbury Group, un círculo de escritores, de artistas en Inglaterra quienes a principio del siglo X, se reunían para leer y debatir sobre arte y filosofía.

Ray Bradbury, autor de Fahrenheit 451, apoyaba los clubes de lectura y talleres donde se comentaban libros.

Pero volvamos al día de hoy. Hablemos con un poeta contemporáneo, Antonio Sánchez Díaz, Ansadi de seudónimo, un escritor con dos novelas publicadas y dos poemarios, estos en Amazon, un escritor que organiza lecturas grupales.

 

—Si yo te pregunto qué me puede aportar una lectura grupal ¿qué me dirías?

—Pues te diría que desde la lectura y elección que hacemos cada uno cuando leemos una obra, un taller grupal aporta opiniones diferentes de cada uno de los miembros del taller, y lo más interesante a nivel de enriquecimiento personal es poder contrastar y compartir estas opiniones.

Muchas veces tenemos distintas apreciaciones o pasamos por alto pasajes o mensajes en las lecturas, y en el taller todo esto se comparte llegando a ser interesante y enriquecedor para el resto de compañeros.

 

—Tengo curiosidad, ¿qué te motivó a crear un taller literario de lectura grupal?

—En mi caso, que soy voluntario de Cruz Roja y también en los centros de mayores en el ayuntamiento de Madrid, mi intención es, a través de la lectura, ayudar a la gente mayor a combatir la soledad no deseada. Me pareció muy interesante agrupar a estas personas y escucharles a través de la lectura de un libro y compartir con ellos nuestras opiniones.

 

—¿Qué tipo de libros sueles elegir, cuál es la característica que te hace elegir una obra u otra?

—La característica principal para elegir los libros es el perfil de lectura que tienen los asistentes al taller. Digamos que adecúo las lecturas al nivel que tienen ellos.

Intento que no se descuelgue nadie.

Ya llevo 4 años con estos talleres de lectura, y al principio comencé con libros de relatos, pensé que era mejor leer historias cortas para que les diera tiempo a analizar lo leído. Ahora ya leemos novelas e incluso algún ensayo.

Intento también que leamos autores contrastados.

 

—¿Cómo se manejan tanto las distintas opiniones o visiones dentro del grupo, como los silencios o falta de participación?

—Como he comentado antes mi intención es que no se descuelgue nadie, y si alguien participa menos porque aflore su timidez yo le hago participar preguntándole sobre algún capítulo concreto o algún recurso del autor. Suelo estar atento a esto.

En cuanto o cómo manejar las distintas opiniones, pues considerando estas opiniones como aportes de cada uno a compartir con los demás y valorándolas como enriquecedoras para el resto.

 

—¿Ha habido algún libro que haya generado un debate inesperado?

—En principio no porque intento evitar temas sensibles como la guerra civil o novelas con tintes políticos.

Sí que es verdad que algunos libros gustan menos que otros, pero yo les digo que es interesante también comentar y dar su opinión sobre por qué no les ha gustado y analizarlo con el resto.

 

—¿Cuál es ese libro, si lo hay, que no te cansarías de comentarlo con otros lectores?

—Para el caso de estos talleres, que son para personas muy mayores, hay un libro que gustó mucho y seguimos comentando y recordando alguna vez, que es "Los ingratos" de "Pedro Simón". Y es que tiene que ver mucho con la España de los años setenta y su costumbrismo.

 

—Por el contrario, ¿crees que hay libros que no se prestan a ser leídos en grupo?

—Pues no estoy seguro de esto, yo creo que cualquier libro se presta a comentar y leer en grupo. Solo que hay que elegirlo en función del perfil de lectura y gustos propios del grupo.

 

—¿Alguna vez ha surgido algún conflicto en las discusiones? ¿cómo se solucionan?

—Suelo estar muy atento por si surge algún conato de discusión. Si es así enseguida lo detecto antes de que surja y desvío la atención hacia otros aspectos de la lectura que interesen.

 


—Tú eres poeta ¿que diferencias notas entre el análisis de una poesía y el de un texto narrativo?

—Bueno, yo soy de los que digo que la poesía no se explica, o se siente o no se siente, o llega o no llega. Aún así hemos dedicado algún día del taller a la poesía y he tenido que explicar su significado. Y esto es más difícil porque no estamos acostumbrados a leer poesía y cuesta más entenderla en general.

También tengo que decir que en los tres talleres de los que soy monitor, siempre, siempre, acabamos el taller leyendo una poesía que yo traigo de un autor que elijo yo. Es decir, de alguna manera fomento en el grupo su lectura y comprensión.

 

—¿Crees que la lectura narrativa influye en tu poesía?

—Yo creo que no, mi poesía sale de dentro en momentos de inspiración, intento que los versos que escribo tengan algo que decir o más bien transmitan algo de emoción a quien lo lea, no solo sean juegos de palabras con cierta carga poética. Y la narrativa es toda una disciplina, todo tiene que tener su orden y su planificación para escribir una novela o ensayo.

 

—Hay algún autor o autora de narrativa que, sin ser poeta, te parezca profundamente poético?

—Pues seguramente, sí. No sé, puede ser Benedetti, Antonio Gala. Pero claro estos eran poetas también.

 

—Háblanos de tu obra…

—Bueno, llevo escribiendo trece o catorce años, y comencé con novela y relatos, y desde hace siete u ocho años escribo poesía sobre todo, aunque también tengo una novela corta prácticamente acabada y que no termino de darle el carpetazo. 

Tengo dos novelas publicadas y dos poemarios publicados, así como un microrrelato ganador en un concurso de escritura on-line (Mundoescritura).

También tengo algunos relatos míos que se han incluído en antologías de finalistas en concursos de escritura breve.

Además tengo un libro de "Haikus" no publicado. Y sigo escribiendo "Haikus".

La primera novela; "Las cuatro calles", es una novela coral y costumbrista ubicada en un pueblo extremeño en los años sesenta. Son cuatro historias cruzadas cuyo punto en común es el pueblo, es mi pueblo natal.

La segunda novela; "Julia", está escrita en primera persona y situada en el Madrid del siglo XXI, aquí rastreo e indago en la personalidad de una mujer actual, intento explorar en su interior y descubrir, mostrar y, de alguna manera medir la fortaleza y decisión que la protagonista atesora.

En cuanto a los poemarios; son una visión personal y subjetiva sobre los sentimientos y emociones que me inspiran los grandes conceptos o ideas que conforman nuestro modo de vida. Conceptos que, a veces irónicamente y otras con cierta resignación, aceptamos, convirtiéndose en guía de nuestro quehacer diario e influyendo en nuestra vida cotidiana.

 

—Algo que añadir…

—Como he comentado antes tengo una novela corta (unas 80 o 100 páginas) que tengo acabada, solo me falta ampliar algún capítulo, pero no acabo de darle el carpetazo. El argumento es peliagudo pues la historia que narro es real y trata de un asunto familiar relacionado con la posguerra civil española.

También tengo preparado un libro de relatos que no he enviado a ninguna editorial.

Y tengo preparado además otro poemario, en este caso incluyo también trece o catorce sonetos, que tampoco he enviado a ninguna editorial.

 



Podéis encontrar a Antonio Sánchez Díaz en las redes sociales,

En Facebook  como  antotrece 

En Instagram como antotrece13






©Manuela_ferca


 

 

 

Anatomía de un microrrelato

 



Cuando anuncian por el altavoz que se ha perdido un niño, siempre pienso que ese niño soy yo”

-Ramón Gómez de la Serna- 

Esta espectacular frase es una greguería de este autor, que sin embargo, funciona perfectamente como microrrelato. Entre otros detalles:

.-Cuenta una historia con inicio, desarrollo y final reflexivo, todo en un mínimo de palabras.

.-El lector reproduce en su mente dos historias, la del niño perdido y la del narrador vulnerable a la búsqueda de su identidad.

.-Partiendo de una situación común, el autor crea una narrativa cargada de emoción y significado psicológico transmitiendo un conflicto interno y una tensión que impactan y perturban al lector.

Esta breve frase podría ser el resumen de una novela de 200 páginas siendo de las pocas greguerías, que a mi juicio, funciona también como microrrelato.


✍Ahora te toca a ti, si quieres crear un microrrelato inspirado en esta imagen, este es tu momento. Subiré, como de costumbre, tu texto al cuerpo de esta entrada junto a tu nombre y url de tu blog.






Guillermo Casstillo  - Microbrevedades -

Si esos son mis zapatos es porque perdí la cabeza.



Campirela_  -Campirela-

La pista que susurra el viento
Los zapatitos descansaban en el campo como si esperaran que alguien los reconociera. No tenían dueño, pero sí historia.
Clara los encontró una tarde mientras buscaba luciérnagas. Eran rojos, con una manchita blanca en la puntera, y olían a sol.
Al día siguiente, volvió con su cuaderno. Los rodeó de dibujos, interrogantes y preguntas escritas con lápiz.
¿De quién eran? ¿Por qué estaban allí?
Un vecino dijo haber escuchado risas en la madrugada. Otro, que esos zapatos habían bailado en fiestas antiguas.
Cada nuevo relato tejía el mapa de un niño invisible, un fantasma de alegría que alguna vez corrió por esas hierbas.
Clara siguió buscando, sin miedo, como quien sabe, que algunas respuestas no se encuentran… se inventan.





Le regalaron unos zapatos y lo llevaron por el mismo camino que había recorrido el muerto.




Los sueños no tienen cuerpo y sin embargo, a veces, duelen. Los pies no tienen sentimientos y aún así, conmueven. 




Azucena estaba paseando por el prado. En un momento dado recordó los beneficios de caminar descalza sobre la hierba, así que decidió quitarse sus botas y calcetines. Las dejó y continuó caminando, con la tranquilidad de que nadie se las robaría. Eso sí, luego debía recordar en qué punto exacto las había dejado.



Ricardo Tribin - Hacia el cambio -

Los zapatos de la esperanza.




Cuando la mochila no pesa y el camino está despejado, los zapatos vuelan.




Cuantos niños caminan descalzos por el mundo, si encontraran unos zapatos su cara irradiaría felicidad




©Manuela_ferca




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