En la biografía de Roberto
J. Rodríguez, entre otras muchas cosas, se puede leer:
Técnico en animación sociocultura y
escritor. Fue uno de los tres socios fundadores de “Corruption Productions”
colectivo amateur dedicado principalmente a la realización de cortometrajes.
Administrador del blog: El soñador sin
párpados
Colaborador como redactor de la web y
revista Scifiword.
Su obra aparece en multitud de
revistas y portales así como en antologías.
Al margen de los relatos, algunas de
sus obras publicadas: Cómo evitar las rabietas infantiles; la caída del rey
bufón; Gangsteres Zombies, Arderás: Culpa, Muerte y salvajes apariciones;
Dragón de los vientos: Crónicas del fin del mundo; Confinamiento; Manual del
buen monitor de ocio y tiempo libre Dinamización.
Esta trayectoria no es un simple
listado: se refleja con claridad en su escritura. Y así, y después de haber
leído sus relatos, puedo decir que se les pueden atribuir muchas cualidades: Intriga,
miedo psicológico, analogías, inquietud… Todas describen con justicia lo que
logra en sus narraciones.
Su prosa elegante atrapa desde la
primera línea, sorprendiendo al lector con giros inesperados y llevándolo por
la historia con la urgencia de querer saber qué ocurrirá después.
En sus relatos, la muerte no es un
final sino una pieza más de la vida; el miedo, un ingrediente esencial y los
personajes nunca son lo que parecen.
Sabe detallar lo justo para crear el
ambiente sin perder ni un ápice de suspense o intensidad.
La lectura de sus historias no deja
indiferente, hacen mella, dejando al lector meditando o sumido en un pozo de
emociones.
El desparpajo de su narrativa, su crudeza y su
fuerza expresiva se convierten en su sello personal, una marca que permanece
después de cerrar el libro.
Relatos que todo lector exigente, debería
tener en su biblioteca.
Pero hablemos con él...
—Háblanos en general de tu obra, a quién va
dirigida, qué te inspira...
—En el ámbito literario surge una pregunta
recurrente: ¿quién merece ser reconocido como escritor? Desde tu perspectiva
¿cómo definirías a alguien que pueda llamarse escritor?
—Escritor es todo aquel que siente la necesidad de
escribir y la literatura es un motor importante en su vida. Escritor
profesional es quien vive de lo que escribe. Esa es la única diferencia que veo
yo. Han sido muchos quienes, por desgracia, han encontrado el reconocimiento
cuando ya no estaban en este mundo.
—Has escrito novela, relatos, ensayo… ¿con qué
género literario te sientes más a gusto y por qué?
—Cada vez me atrae y me siento más cómodo
escribiendo cuentos. Aunque cultivo todos los géneros y medios. He escrito
relato, novela, teatro, cine, ensayo, cómic... todos tienen algo que me atrae.
La narrativa en sí es lo que me fascina.
—Tienes una habilidad especial para narrar
situaciones de suspense ¿quién es tu autor de cabecera en este género, si es
que lo tienes?
—Mis autores de cabecera son un poco
contradictorios. Yo creo que mi forma de narrar suspense tiene que ver más con
mi formación cinematográfica. Empecé formándome y escribiendo guiones de cine.
Pienso en imágenes. Mi narrativa está muy influida por lo visual. Soy un
apasionado del cine clásico de Hollywood y filmografías europeas y, sobre todo,
asiáticas poco conocidas.
Aparte, muchas de las influencias no fueron tales, ya que fueron amigos y lectores quienes m
e dijeron que mis forma de escribir les recordaba a otros. Por ejemplo, a Poe le conocí cuando mis amigos empezaron a leer mis primeros relatos y me regalaron una antología completa de él, porque me dijeron que mi estilo era similar. Después lo leí y me fascinó; por lo que puede que después sí fuera un influencia más directa. A Lovecraft lo conocía de los juegos de rol, pero no empecé a leerlo hasta mucho después de empezar a escribir. En este grupo de influencias posteriores podrían entrar todos los autores de bolsilibros que he ido conociendo y Richard Matheson, escritor y guionista que me parece grandioso.
Stephen King, por el contrario, sí que fue uno
los autores que me influyó mucho; como a casi todos. Aunque a mí el King que me
interesa es el de los ochenta y muy principios de los noventa; a partir de ahí,
lo sigo leyendo, pero no me fascina como lo hizo en la década de los ochenta.
Otras influencias muy claras son Alan Moore y Clive Barker. De hecho, la idea
de crear un narrador que hilvane todas las historias sale de Los Libros de
Sangre de Clive Barker; otro autor que me fascinaba y que poco a poco a ido
dejando de gustarme.
En lo que se refiere a otros géneros, como la
espada y brujería, las influencias va desde El Señor de los Anillos a Conan,
más los cómics que los relatos originales -a Robert E. Howard lo estoy leyendo
ahora-, pasando las películas de explotación, mis muñecos de Masters del
Universo, Elric de Melniboné, George RR. Martín o Andrzej Sapkowski.
El resto son autores que me influyeron muchísimo
y me convirtieron en apasionado lector y quizá sembraron la semilla de
escritor, pero me da que dicha influencia no se aprecia en mis escritos. Al
menos, nadie me lo dice. Soy un apasionado de Manuel Vázquez Montalbán y su
Carvalho, pero nadie me ha dicho nunca que se me note; así como de Terenc
Moix, Ray Loriga, Julio Llamazares, Julio
Cortázar, Bret Easton Ellis...
—Tema blogs literarios ¿te parecen
interesantes para un escritor?
—Yo empecé como en el 2008 a escribir un blog de
cine, libros y cómics que ahora tengo medio abandonado: El soñador sin
párpados. Escribí muchísimo y fue lo que me permitió dar el salto a otros
medios más grandes y escribir en la revista Sicifiword, por ejemplo.
En aquella época sí que tenían cierta
importancia. Aunque también es verdad que, como todo lo que se hace por amor al
arte, llega un momento que se abandona, porque se convierte en un trabajo no
pagado en lo que respecta al tiempo y esfuerzo que le dedicas.
Ahora me da que no es así y que los blogs no
tienen cabida en esta sociedad donde las artes y la cultura tienen programado
un tiempo de caducidad. Vivimos tiempos de obsolescencia forzada. Pero es solo
mi opinión. Escritores que triunfan dicen que siguen siendo importantes. A mí
me da cierta pena, porque quienes escriben en un blog suelen cuidar y trabajar
más el contenido que quienes lo hacen en redes. Así que iniciativas como la
tuya, me parecen digna de elogio y me alegran porque enfrentarse a Molinos siempre
es una vía tan recomendable como complicada.
—En este blog damos relevancia al subgénero del
relato ¿Cuáles son para ti los aspectos positivos más destacados del relato
tanto desde el punto de vista de escritor como de lector?
—Tenía un amigo que me decía medio en broma que
mis relatos eran demasiado largos, que había mucha paja. Con el tiempo, quizá
le fui dando la razón. Mi relatos son cada vez más breves y directos. El relato
lo tiene todo. Puedes experimentar y probar cosas, crear atmósferas, jugar con
la narrativa, los giros argumentales pueden ser más retorcidos, la forma de
narrar más directa... como lector y escritor me parecen una opción magnífica.
Tiendo a leer más relatos y novelas cortas a medida que voy envejeciendo. De
hecho, lo que más leo ahora son relatos.
—Algo que añadir...
—Pues darte las gracias, ante todo. Me ilusiona
mucho que te hayas tomada la molestia de leerme y escribir sobre mí en tu blog.
Bonita forma de cerrar el círculo, si este es el final de mi carrera.
Yo creo que siempre he sido un escritor
competente, un buen narrador. Nunca un gran escritor. Mi trayectoria es larga
pero poco llamativa. En un símil futbolístico, sería un escritor de mitad de
tabla para abajo. Pero sé que tengo puntos fuertes, como la creación de
atmósferas y un estilo propio.
Escribí siempre por una necesidad fisiológica. No disfruto realmente escribiendo, pero lo necesito. O lo necesitaba. La última novela que escribí, en un contexto muy determinado, fue un suplicio físico y mental; literalmente enfermé por la falta de sueño y el desgaste de compaginar la escritura con una situación profesional y familiar complicada. Y su repercusión fue prácticamente nula.
Aun así, animado por lectores como tú, he
decidido darme el gusto, ya que estoy recuperando muchos de los derechos de los
relatos que fueron publicados por editoriales, de publicar todos mis relatos en
un integral. Sé que serán pocos quienes lo lean, pero quienes lo hagan, ya que
tengo pocos lectores pero que valen oro, podrán hacerse una idea de cómo ha
sido mi carrera literario en los más de veinte años que llevo dándole a la
tecla. El título, claro está, no podía ser de otra forma, será "El soñador
sin párpados".
Nota:
Roberto J. Rodríguez está a punto de sacar una antología completa de toda su obra, por Amazon
ebook, blanda y dura, amén de algunos relatos mediante editorial y alguno más
que están por salir. En cualquier caso, si algún lector tiene interés, se puede
poner en contacto con el autor mediante su imeil y se las enviará gratis por
epub.
elultimoespectador@gmail.com
R. J. Rodríguez escribe:
“Permaneció ahí, de pie, mirando al infinito y rezando para
que el cuerpo que yacía a sus pies no fuera el de él”.
Decidme
si este microrrelato de Roberto J. Rodríguez, no es una fantasía.
©Manuela_ferca




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