Hay un día en el año que marca un punto y aparte en el calendario, mucho más
que el 1 de enero.
Es un día en el que nos sentimos frescos, con fuerza, y nos
detenemos a mirar en qué punto nos encontramos.
Lo hacemos sin ningún reparo: «comienzo la dieta», «dejo de fumar», «me apunto a inglés», «voy al gimnasio…» Un día en el que pretendemos retomar el timón de la vida y redirigir nuestro camino; o al menos nos lo planteamos.
Se trata del 1 de septiembre.
Hoy, 1 de septiembre, realmente comienza el año; hoy nos despertamos con una frontera entre lo que dejamos atrás y lo que soñamos alcanzar.
¿Y por qué no
intentarlo?
Hoy, 1 de septiembre, abrimos una caja que lejos de ser la
de Pandora, es una caja repleta de ilusiones. Hoy somos todos niños en
Noche de Reyes, hoy desempolvamos nuestra lámpara maravillosa y hacemos nuestra
lista de deseos, hoy sacamos lustre a nuestra chistera… estamos convencidos de que nuestros
sueños se pueden hacer realidad y con ello, llegar a ser un poco mejores.
El tiempo dirá si cumplo.
Dicho lo cual, deseo que tengáis la oportunidad, la fuerza de
voluntad y la alineación planetaria necesaria, para que vuestros propósitos se
cumplan.
¡Feliz y próspero Año Nuevo!
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