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Textos y fotografías de una realidad donde nada es lo que parece
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Publicar: cantidad vs. calidad -Escritor invitado José Bernabé-

 



Hace unos días, en una red social, surgió un debate interesante. Un escritor compartió varios capítulos de la novela que tiene en proceso, con dos lectoras mas una lectora beta.  El resultado fue que las dos primeras se emocionaron hasta llorar, según dijeron, y la beta permaneció indiferente.

De inmediato comenté que lo interesante era saber qué opinión tuvo más peso para el escritor, la de las lectoras emocionadas o la de la lectora beta indiferente.

Como respuesta por parte del escritor, tuve un ejemplo: “Un McDonalds sin poseer estrellas michelines, está lleno de gente, lo más importante es el cliente, el lector en este caso”.

 

Yo que estoy a la que salta dije: AQUÍ HAY TEMA.

Y sí, le avisé y le dije que me había dado pie para el desarrollo de una entrada en mi blog. Di mi palabra que le mencionaría.

El escritor es José Bernabé. En su perfil se define como “arquitecto de mundos y escritor de luces y sombras”. Autor de La abuelita mema y la navidad salvada, cuento navideño.

 

Pues aquí están mis reflexiones:

Parto de la base de que un lector beta, en teoría, es alguien con amplia experiencia en la lectura y que aborda el manuscrito de manera objetiva, sin tener en cuenta quien firma dicho manuscrito. Su análisis se centra en aspectos formales: coherencia en la trama, consistencia de los personajes, ritmo de la narración, diálogos consistentes…

En cuanto a los comentarios de lectores varios, siempre hay que escucharlos, pero seamos francos, cuántas veces, por estos lares, leemos un texto que no se sabe por dónde coger y bajo él aparecen decenas de comentarios que dicen: me gusta, qué bien escribes…  Opiniones subjetivas movidas por el deseo de animar, quedar bien, esperar reciprocidad…, o debidos a que quien comenta no lee más allá que la lista de la compra (leer libros no es obligatorio)

No digo que estos casos sean los de nuestro amigo e invitado José Bernabé, hablo en general.

 

Pero veamos la cuestión desde otra perspectiva, quizás aún más interesante: ¿qué es más importante, que te lean, es decir, vender (porque hablamos de libros en el mercado), o que la obra que publiques tenga calidad? Porque vender y calidad son dos cosas que pueden ir juntas o por separado.

 

Entiendo que depende de cada autor. Habrá quien vea la escritura como forma de vida, ganar dinero (lo cual no es nada fácil). Para estos, lo importante es publicar libros cuantos más mejor y obtener así regalías suficientes para vivir.

Otros autores simplemente escriben, publican y si venden bien y si no, qué le vamos a hacer. Escriben como quien pinta o hace fotografías, es decir, desarrollan una afición.

Hay otra tercera opción, para quienes la calidad va por encima de las posibles ventas y sí, quieren publicar, quieren ser leídos, quieren vender; pero tardan un año, dos o los que hagan falta hasta convencerse de que su libro es, al menos, relativamente bueno.

Una vez que hago esta diferencia añado que no valoro más a ninguno de estos tres grupos ni a cualquier otro que pudiera existir y que de hecho existirá. Cada quien tiene su propio fin y debe seguirlo según lo que considere más importante para él.

Y hasta aquí la reflexión que quería hacer y que ojalá comentéis libremente al final de esta entrada y por supuesto, espero que también opine nuestro invitado José Bernabé, porque a estas alturas, realmente, no sé lo que piensa.  Esperad ¿por qué no le preguntamos?

Está con nosotros José Bernabé…

 

—¿Es posible equilibrar el arte literario con las exigencias del mercado, o uno siempre sacrifica al otro?

—Creo que lo hemos visto, lamentablemente, en los últimos días. Es algo posible, pero un desafío que requiere estrategia y flexibilidad por parte del autor.
El problema es que entramos en este mundo creyendo que solo hace falta escribir. Luego vienen las editoriales y nos dan un baño de realidad.

En mis manuscritos hablo de temas como el legado, el amor, la lealtad, la superación personal y la persecución de los sueños. Son elementos que aportan valor literario, pero aún no sé si el mercado tiene un hueco para obras así.

Lo importante, como casi siempre en la vida, será encontrar un punto de convergencia donde la expresión artística pueda conectar con un público lo suficientemente amplio como para que el proyecto sea sostenible también desde lo económico.

 

—¿Crees que la presión por vender más libros puede afectar la calidad de los mismos?

Definitivamente, la presión por vender más libros puede afectar la calidad, pero no siempre de manera negativa. Depende de cómo se maneje y de las decisiones que tome el autor.

Si esa presión ayuda a desarrollar una rutina consistente y productiva, a innovar y a mantenerse en movimiento, entonces bienvenida sea. Siempre digo que hay estrés del bueno y del malo.

Para mí, escribir más de dos libros al año puede repercutir en la calidad, pero claro… hay que tener en cuenta que muchos autores ya tienen varios manuscritos escritos. Publicar cuatro libros en un año no significa necesariamente escribir cuatro libros en ese tiempo.

 


—Una pregunta no capciosa: ¿todas las opiniones que nos hacen en redes sobre nuestros escritos, son sinceras?

No, no todas las opiniones que recibimos en redes sobre nuestros escritos son sinceras. Siempre habrá quienes intenten no herir tus sentimientos y quienes busquen dañarlos. Habrá admiración y envidia. Opiniones interesadas y desinteresadas.

Toca filtrar y aprender a diferenciarlas. Siempre digo que los elogios alimentan el alma, pero las críticas te hacen mejorar. Ambas cosas son necesarias, pero lo más importante es tener claro quién eres y dónde estás.

 

—Por cierto ¿qué tal te va por las redes? Después de estar ya un tiempo prudencial en ellas, ¿crees que es el mejor lugar para un escritor en ciernes?

—Pues ahí vamos, construyendo poco a poco. Las redes son un espacio interesante, pero también complicado. No se trata solo de publicar y esperar a que la gente llegue; hay que moverse, interactuar, probar formatos, analizar qué funciona y qué no. Y nosotros no somos expertos en marketing ni en redes sociales. A algunos les sale más fluido, a otros nos cuesta más. Yo, por ejemplo, debería ponerme frente a la cámara, pero todavía me da pudor.

Para un escritor novel, pueden ser una herramienta muy útil, pero no necesariamente el mejor lugar. Sirven para conectar con lectores, crear comunidad y hacer ruido cuando llega el momento de publicar. Pero si alguien espera que solo con redes va a vender libros o hacerse un nombre, creo que se está engañando.

Mi objetivo es construir una comunidad lo suficientemente grande como para que las editoriales me tomen en serio y, llegado ese punto, encontrar el equilibrio entre el tiempo que dedico a las redes y el tiempo que dedico a escribir.

Al final, la mejor manera de hacerse un nombre como escritor sigue siendo la más sencilla y la más difícil a la vez: escribir buenos libros que la gente quiera leer y recomendar.

 

—Si yo fuera maga y te concediera un deseo qué elegirías: ¿ser escritor de libros que no valen mucho pero se convierten en superventas, o ser escritor de libros excelentes que no vende ni una hoja?

—Jajaja... No voy a mentir. Suelo mentir muy poco, aunque me perjudique: Prefiero superventas.

Yo quiero contar las historias que llevo dentro. No sirve de nada ser técnicamente perfecto si mis historias no llegan a la gente.

Ahora bien, si me das a elegir entre un libro que me enorgullezca y venda poco, o uno del que sienta vergüenza y venda mucho, prefiero vender menos.

Así que, señora maga, puestos a conceder deseos, prefiero escribir mis libros y que conmuevan los corazones de los lectores.

 

—Y ahora ya, en nombre de la libertad que rige este blog, es tu turno de alegaciones. ¡Adelante!

Si algo he aprendido en este camino es que la escritura no es solo talento, sino también de resistencia. De insistir cuando las historias parecen no llegar a nadie y de seguir escribiendo incluso cuando pienses que estás malgastando tu tiempo.

Podría hablar de lo difícil que es encontrar un equilibrio en este mundo, o de cómo las redes sociales nos exigen ser escritores, promotores, diseñadores, expertos en marketing, psicólogos y hasta actores. Pero en lugar de eso, prefiero decir que, a pesar de todo, aquí sigo.

Con más historias por contar y con la certeza de que cada día que me esfuerce es un día que más cerca estoy de cumplir mis sueños.

Así que, más que una alegación, esto es un compromiso: seguir escribiendo, seguir aprendiendo y, sobre todo, seguir disfrutando del viaje.

 

Gracias José Bernabé, pero nos ha quedado la duda sobre esa novela que estás escribiendo y diste a leer varios capítulos. Te lanzo un órdago: Cuando la termines, ven de nuevo a este blog para hablar tanto de la novela como de ti como escritor, esta vez de manera más profusa. Te esperamos.

 

Le podéis encontrar en:

josebernabe.es

En X y en Instagram jbernabeoficial

 

Y ahora os toca a vosotros.

Me gustaría saber vuestra opinión, libremente como no puede ser de otra manera.


¿Qué es más importante para vosotros, publicar muchos libros para llegar a más lectores o asegurarse de que cada libro tenga la mayor calidad posible, aunque eso signifique publicar menos? ¿Creéis que se puede encontrar un equilibrio entre ambos o uno debe prevalecer siempre sobre el otro?

En el caso de que no publiquéis, pero sí leáis: ¿Qué pensáis sobre la relación entre la cantidad y la calidad en el mundo literario?

 

Os leo…

 

©Manuela_ferca

 

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